Saberes Bárbaros
Ideologías
La primera gran transformación del conocimiento afectó a los mitos, que fueron sustituidos por ideologías: representaciones organizadas lógicamente que expresan el modo en que vivimos y la realidad en la que estamos insertos. No hay civilización sin ideologías, pero son muchas y heterogéneas, consecuencia de los intercambios en sociedades abiertas.
Toda ideología es un complejo de ideas que, como los mitos, contribuye a dar cohesión a un grupo social en función de unos intereses prácticos inmediatos. Incorporan materiales heterogéneos, procedentes de distintas culturas, y tienen que pasar un trámite de autojustificación lógica exigido por la influencia de los saberes críticos.
A diferencia del mito, deben excluir y criticar las alternativas que se les oponen. Surge así el concepto de ideología dominante, que refleja las ideas de los grupos sociales dominantes y se impone por medios más o menos coactivos o sofisticados.
Dos personas han tratado el concepto de ideología hasta convertirse en clásicos:
- Mannheim: distingue dos conceptos de ideología: el particular y el general. El concepto particular se refiere a las deformaciones o errores que sufre un sujeto en parte de su pensamiento o un grupo social en algunas secciones. Equivale más o menos a lo que llamamos prejuicio.
- Marx: El marxismo unificó ambos conceptos y considera la ideología como un engaño o deformación intencionada, necesaria y total del pensamiento que responde a los intereses de una clase social.
Aunque las ideologías incorporen materiales científicos y filosóficos, no se identifican ni con la ciencia ni con la filosofía. Es más, una de las tareas de la filosofía es la crítica ideológica.
Religiones Terciarias o Teologías
La segunda gran transformación afectó a las religiones, que alcanzaron un alto grado de estructuración interna como teologías. Desde el principio, la religión se mezcló con la filosofía, pero fue con la escolástica cuando esa mezcla se hizo más intensa. La consecuencia de la influencia racional de la filosofía es que estas teologías se mantienen en el horizonte del teísmo: el Dios de la teología deja de ser una realidad viva y personal para convertirse en sujeto de atributos abstractos como omnipotente, causa sui… Esto les conduce a recuperar la vivencia religiosa volviendo a ritos y ceremonias sensibles.
Pseudociencias
El núcleo de la ciencia aceptada está rodeado de una serie de saberes que reclaman el rango de ciencias (parapsicología). A tipos de saberes como estos los llamamos pseudociencias:
- Pretenden hacerse pasar por ciencias.
- Comparten con ellas una orientación más práctica que teórica para influir sobre personas y acontecimientos.
Sin embargo, hay dos diferencias muy importantes:
- Las pseudociencias no hacen públicos ni comparten sus conocimientos más que con los iniciados.
- Esos iniciados no son estudiantes; pasan pruebas de compromiso cercanas al chantaje o al engaño.
Las pseudociencias siempre se han movido en los márgenes de las ciencias, y por eso es tan difícil mantenerlas separadas (astronomía -> astrología, química -> alquimia, medicina -> curanderismo). Es tarea de la filosofía erradicar las pseudociencias y enseñarnos a diferenciar qué saberes son científicos y cuáles no.
De la Técnica al Complejo Científico-Tecnológico (Tecnología)
Históricamente hablando, las técnicas son los gérmenes inmediatos a las ciencias (por ejemplo, la termodinámica está relacionada con la máquina de vapor). Un oficio práctico, como la herrería, puede transmitirse mediante el aprendizaje imitativo con muy poca instrucción formal. Por muy complejo que sea el conocimiento que el oficio comporta, carece de la generalidad, el sistematismo y la explicitación de una verdadera ciencia. En cambio, cuando esa información se hace explícita en un manual y se encuadra en un marco de categorías generales, empieza a reconocerse el método científico. Se utilizan entonces principios generales y esquemas de clasificación, por ejemplo, relaciones de causalidad, descripciones teóricas e hipótesis y consecuencias deductivas.
Muchas técnicas tradicionales han sufrido este proceso de estilización que muestra en ellas una lógica científica. Pero la relación entre ciencias y técnicas es recíproca; es decir, la ciencia ya constituida como tal influye en las técnicas, convirtiéndolas en tecnologías. En Alejandría se inició la tecnología en el sentido de ciencia aplicada. Este proceso solo se generalizó a partir del siglo XIX, cuando la ciencia se convirtió en una fuerza productiva básica para la nueva sociedad industrial. La Revolución Industrial es una revolución tecnológica, uno de cuyos factores fue la revolución científica de los siglos XVI y XVII.