San Agustín: Conocimiento, Cosmología, Antropología y Política

1. Conocimiento

Para San Agustín, no hay una distinción clara entre razón y fe. Ambas colaboran para comprender la única Verdad, revelada por la religión. La fe ilumina a la razón, y la razón ayuda al hombre a alcanzar la fe y luego contribuye a la aclaración de sus contenidos.

San Agustín afirma la necesaria certeza de la propia existencia. La razón, buscando la verdad, se auto-trasciende al encontrar en ella las ideas, verdades inmutables que no proceden de la experiencia.

Distingue entre un conocimiento sensible cuyo objeto es lo mudable; y un conocimiento racional, dividido a su vez en razón inferior y razón superior, que nos permite el verdadero conocimiento (de lo universal).

1ª MIRADA: LA IMAGEN SENSITIVA

El alma da a los sentidos la capacidad de percibir los objetos exteriores, de los que forman una imagen sensitiva, una representación interior de cualquier sensación.

2ª: LA IMAGEN DE LA MEMORIA

Las imágenes sensitivas son el motivo para la imagen de la memoria. Por las imágenes de la memoria se comprende la unidad de vida: nos percibimos como el mismo ser a lo largo de los cambios en nuestras vidas.

3ª IMAGEN: LA IMAGEN DEL ENTENDIMIENTO

La imagen de la memoria es recubierta por la del entendimiento, que elabora las ideas de las cosas, realidades intelectuales con validez universal. Mediante las ideas se elabora el conocimiento científico, y por ellas confiamos en que en el mundo hay continuidad porque, aunque las cosas cambien o desaparezcan, sus ideas no lo hacen (son ideas en sí).

4ª MIRADA: LA IMAGEN DE LA SABIDURÍA O RAZÓN SUPERIOR

El alma se vuelve sobre sí misma y encuentra verdades (ideas) inmutables y eternas, que constituyen la esencia del alma, haciendo posible la vida intelectual y práctica de los seres humanos. Para Agustín, estas verdades eternas solo pueden tener su fundamento en un ser eterno e inmutable: Dios.

2. Cosmología

Dios es el objeto fundamental de la filosofía de San Agustín. Su concepción cristiana tiene fuertes consecuencias en su interpretación del mundo.

La existencia de Dios

El ser humano encuentra en su propia razón verdades necesarias universales, como la aspiración humana a la verdad y a la felicidad; y verdades eternas, como los axiomas matemáticos; las ideas… Son verdades que no cambian y siempre han tenido validez, son necesarias; lo que exige la existencia de un ser necesario que sea su fundamento. Dios aparece así como necesario, exigido por la necesidad y universalidad de las verdades eternas, que para Agustín tienen un sentido plenamente racional.

Las ideas ejemplares

Influido por Platón, sitúa en la inteligencia divina las ideas ejemplares de todas las cosas. En la mente divina, desde la eternidad están presentes los modelos de cada una de las cosas.

Las razones germinales

En correspondencia con las ideas ejemplares, Dios introdujo en la materia informe las razones germinales. Cada cosa tiene su razón germinal en la materia que lo constituye. Para él, las cosas no se generan por evolución, sino a partir de su origen singular.

Ejemplarismo divino

En consecuencia, en todos los seres está doblemente la huella de Dios: porque responden a sus ideas ejemplares, y porque se originan a partir de raíces impresas por él en la materia. Esto justifica que los seres llevan en sí mismos la imagen de Dios.

3. Antropología

Aunque esta reflexión está formulada a partir de presupuestos cristianos, está argumentada a partir de un sentido psicológico y racional:

El ser humano es imagen de Dios

Para Agustín, Dios es Eternidad, Verdad y Amor, y a su imagen, el ser humano está constituido por tres potencias: la memoria (por la que hace presente el pasado), la inteligencia (que busca la verdad), y la voluntad (que busca la felicidad). Ejercitarlas supone acercarse a Dios en nuestro interior.

La dualidad cuerpo/alma

Agustín piensa que el alma es una sustancia autosuficiente unida accidentalmente al cuerpo; manteniendo así el valor superior de lo espiritual sobre lo material. Su concepción es dual: el alma y el cuerpo son sustancias distintas, pero funcionalmente inseparables.

El origen del alma: creacionismo traducianista

El alma es creada por Dios de modo singular y único para todos los seres y traspasada a través de sus padres.

La herencia del pecado original

El alma ha sido creada por Dios; sin embargo, como herencia del pecado original, está dominada por el cuerpo. Todo hombre tiene la marca del pecado original, lo que explica su tendencia constante a cometer el mal. Para salvarse, necesita una ayuda exterior: la gracia divina (en contraposición al pelagianismo).

La conciencia como distensión en el tiempo

Para Agustín, la conciencia es la actividad que unifica el discurrir de la vida interior. El tiempo es la distensión de la propia conciencia: por la memoria recupera el pasado; por la atención evita la huida de las cosas presentes; y por la espera hace presente el futuro. El alma o conciencia subsiste en el recuerdo, en la atención y en la espera. Es la misma conciencia que se expande en el tiempo a través de sus funciones anímicas: memoria, inteligencia y voluntad.

5. Política

San Agustín es considerado el primer filósofo de la historia desde una perspectiva cristiana. Concibe la historia como el escenario donde Dios se manifiesta y tiene lugar la salvación. Su filosofía de la historia es teología de la historia.

La ciudad de Dios y la ciudad terrenal

Analiza la historia desde una perspectiva moral, destacando el conflicto entre la ciudad terrenal, dominada por pasiones egoístas, y la ciudad de Dios, guiada por la caridad y la justicia. Plantea una concepción lineal de la historia, comenzando con la creación y culminando en el triunfo final de la ciudad de Dios sobre la terrenal. Su enfoque es escatológico, centrado en el destino final de la humanidad.

Agustinismo político

Propone un agustinismo político, donde la Iglesia debe tener primacía sobre el Estado y conformarlo moralmente. Sin embargo, reconoce que todos los Estados son terrenales y su autoridad emana de Dios. Destaca la importancia del orden, la concordia y la justicia para garantizar la paz en la sociedad. Sin embargo, sostiene que la verdadera justicia solo se alcanzará en la sociedad de los justos en Dios. San Agustín aboga por encaminar la realidad histórica hacia un ideal ético que requiere progreso en el orden jurídico, aunque reconoce que la verdadera paz y justicia solo se alcanzarán cuando el amor de Dios reemplace al egoísmo.ios reemplace al egoísmo.

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