San Agustín de Hipona
Marco Histórico
Nace en Tagaste (354) d.C. en un contexto histórico diferente al de Platón o Aristóteles. El dominio político del Mediterráneo pertenecía a un nuevo imperio, cuya capital se situaba en Roma y se encontraba bajo el mandato de César Augusto, quien consolida sus fronteras y logra la pax romana. El fin de las guerras civiles inicia manifestaciones de la cultura: arte, literatura, derecho, filosofía. Sin embargo, las principales escuelas helenísticas se encontraban en Atenas y Alejandría.
El Cristianismo (Palestina S. I) se difunde por todo el imperio romano en el S. II y S. III. El ambiente intelectual estaba dominado por el pensamiento griego, lo que hizo que chocaran con sus doctrinas novedosas. Tras siglos de persecuciones, Constantino toleró el cristianismo y se proclamó el Edicto de Milán (libertad religiosa en todo el imperio). Los cristianos fueron admitidos en la sociedad y pudieron acceder a cargos públicos.
Nace Agustín cuando el imperio se encuentra bajo el mandato de Teodosio. El Edicto de Tesalónica (cristianismo religión oficial del imperio) obliga a los romanos a abrazar dicha religión, prohíbe los sacrificios a ídolos y cierra templos paganos.
Muchos cristianos se mostraron contrarios a las injerencias del poder imperial, como San Ambrosio de Milán, quien ayudó en la conversión de San Agustín al cristianismo.
El cristianismo se extiende por todas las clases sociales y sus ideas penetran en todos los ámbitos de la cultura. En los últimos años de la vida de Agustín, pueblos germanos traspasan la frontera del imperio. Roma es conquistada y saqueada por los visigodos, bajo la dirección de Alarico. Los pensadores no cristianos atribuyeron estas desdichas a la ira de los dioses tras la conversión del imperio al cristianismo. Agustín escribe La Ciudad de Dios y en ella critica al paganismo. Agustín muere en Hipona, territorio germánico controlado por Genserico, que fue tomada como capital de los vándalos.
Marco Filosófico
San Agustín se halló entre dos culturas: el pensamiento grecorromano y la cultura judeo-cristiana. Uno de sus grandes méritos fue recoger, asimilar y transmitir ambas culturas.
Filosofía Grecorromana
Tras Aristóteles surge la filosofía del helenismo, que se desarrolla a partir de las escuelas socráticas y se concentra en tres corrientes principales: epicureísmo, estoicismo y escepticismo. El pensamiento se dirigió a cuestiones éticas y prácticas; solo reflexionaron sobre física y metafísica en la medida en que podían servir como base para la ética.
- Escepticismo: se inicia con Pirrón, quien supuso que “la felicidad no se encuentra en alguna verdad sino en abstenerse de todo juicio y mostrarse indiferente ante todo”. Tuvo éxito en la Academia platónica y en ella destacó Sexto Empírico, quien afirmó: “lo único que podemos conocer son los fenómenos sensibles, solo podemos saber de ellos que aparecen ante nosotros”.
Las escuelas helenísticas continuaron en la era cristiana, pero en el S. I aparece una nueva escuela: el neoplatonismo, que fue un último impulso de la filosofía no cristiana y supuso un intento por recoger y unificar doctrinas de todas las escuelas helenísticas. Se asentó en Alejandría y Roma, y ayudó a Agustín a acercarse al cristianismo. Su autor más sobresaliente, Plotino, defiende la existencia de un primer principio (el Uno) anterior al ser. No tiene explicación, basta con ver que si hay multiplicidad es porque hay unidad. Todo procede del Uno por emanación gradual y en descenso de la unidad. Dos actividades:
- Se identifica con el mismo y provoca otras realidades distintas de él.
- Esta se desenvuelve en tres fases: “surge el espíritu, luego el alma universal y finalmente el mundo sensible y material”.
Pensamiento Cristiano de la Época de Agustín
Los filósofos cristianos más antiguos, conocidos como Padres de la Iglesia, difundieron la fe cristiana por medio de la ortodoxia de su doctrina y la santidad de sus vidas. La Patrística es el conjunto de sus obras y doctrinas, y se divide en dos grupos: Padres griegos y Padres latinos.
El cristianismo se presenta como una religión que proclama el seguimiento de Jesucristo y la aceptación de su mensaje de salvación. Pero la nueva fe pronto requirió de la razón y la fe, ya que necesitaba definir y precisar sus doctrinas frente a los herejes y defenderse de los ataques de los filósofos paganos y las persecuciones de la autoridad política. Surgen puntos de discrepancia entre la filosofía pagana y el pensamiento cristiano en torno a la concepción de Dios y el mundo.
Los Padres de la Iglesia defendieron la suficiencia y la superioridad de la fe cristiana frente a la razón, pero no por ello dejaron de emplear conceptos filosóficos. Agustín aportó en la relación entre fe y razón:
- Fe: ayuda a conocer las verdades más supremas.
- Razón: contribuye a profundizar en el contenido de la fe.
De esta forma, se establecen puntos de encuentro entre el mensaje evangélico y la filosofía pagana.