Santo Tomás de Aquino: Explorando la Relación entre Fe y Razón

El Problema Fe-Razón

Para Tomás de Aquino existe una clara distinción entre la filosofía y la teología, o, lo que es lo mismo, entre la razón y la fe. Esto se produce porque hay unas verdades que son reveladas y solo se puede acceder a ellas mediante la fe y otras que son naturales y se pueden comprender mediante la razón natural. Los artículos de fe son los dogmas. Santo Tomás define la fe como un acto de entendimiento movido por la voluntad de Dios. Son inaccesibles a la razón, nos resulta imposible comprenderlos, por eso la teología se dedica a estudiarlos. Un artículo de fe es la esencia de Dios, lo que Dios es.

Por otro lado, la razón se ocupa de investigar los entes, las cosas naturales. Para ello parte de los axiomas, como las verdades evidentes en sí mismas. Se debe encontrar la concordancia entre la razón y la fe, de ahí la afirmación «la filosofía es la sierva de la teología». Con este razonamiento, Tomás de Aquino invalida la teoría de algunos filósofos árabes que defendían una doble verdad.

Necesidad de la Demostración de la Existencia de Dios

Hay que plantearse la pregunta: ¿por qué es necesario demostrar que Dios existe si ya es algo que se cree por la fe? Porque Dios ha creado al ser humano como ser racional para que, por medio de su razón, sea capaz de conocer su existencia. Esta demostración no es válida porque parte de la existencia de Dios. Dios es existencia, su esencia es existir. Pero para que sea evidente para nosotros debemos conocer la esencia del sujeto y esto no es posible porque la esencia de Dios es artículo de fe.

Por lo tanto, para que la demostración sea válida tiene que partir del efecto y ascender hacia la causa. Por eso la demostración debe ser a posteriori o quia, del efecto a la causa.

Las Vías Tomistas y sus Conclusiones

Santo Tomás propone cinco vías, se trata de razonamientos cuya estructura siempre es la misma: se parte de un hecho de experiencia y se procede a la demostración por el principio de causalidad eficiente, se muestra la imposibilidad de una cadena de causas infinitas.

Primera Vía:

Basada en el movimiento. Consta por el testimonio de los sentidos. Todo lo que se mueve es movido por otro. Es imposible que una cosa sea al mismo tiempo y de la misma manera motor y cosa movida. Por consiguiente, es necesario llegar a un primer motor, acto puro y que no sea movido por nadie y este primer motor sea Dios.

Segunda Vía:

Se deduce de la naturaleza de la causa eficiente. Hallamos en este mundo sensible que existe un orden en el encadenamiento de las causas eficientes. No es posible que una cosa sea causa de sí misma. Por consiguiente, es necesario admitir una primera causa eficiente y esta es a lo que todo el mundo llama Dios.

Tercera Vía:

La contingencia de los seres exige un ser necesario. En la naturaleza hallamos cosas que pueden ser o no ser. Es imposible que estos seres existan siempre. Por consiguiente, no todos los seres son posibles o contingentes, es preciso que en la naturaleza haya un ser necesario y dicho ser es Dios.

Cuarta Vía:

Tomada de los grados de perfección que se observan en los seres. Se observa en la naturaleza seres que son más o menos buenos, nobles, verdaderos que otros. Existe, por consiguiente, algo que es lo verdadero, noble y bueno, causa de la bondad y de todas las perfecciones de los seres y este es Dios.

Quinta Vía:

Tomada del orden del mundo. Vemos en la naturaleza que seres desprovistos de conocimiento, actúan por un fin. Por consiguiente, existe un ser sumamente inteligente que dirige todas las cosas a su fin, lo llamamos Dios.

La Creación

Si se ha demostrado la existencia de Dios utilizando el principio de causalidad es porque se asume que Dios es el creador del mundo, Dios como acto puro de existir, ha creado a los seres finitos. Santo Tomás hace hincapié en que la creación es un acto libre de Dios, causado por la perfección divina. Es el creador de todo, que además conserva el mundo por medio de la creación continua. Entre las criaturas hay un orden jerárquico, en la cúspide de esta jerarquía estarían los ángeles. Además, introduce la distinción esencia-existencia.

Antropología y Teología del Conocimiento

Descendiendo en la jerarquía de seres encontramos después de los ángeles, al ser humano, que es un ser intermedio compuesto de cuerpo y alma. El alma conecta con seres inmateriales y el cuerpo conecta con los seres corpóreos. Tomás establece unas potencias del alma que se encuentran en el ser humano:

  • Vegetativa: pertenece a la vida y se encarga de la nutrición y reproducción.
  • Sensitiva: se encuentra en los animales, implica sensación y memoria.
  • Intelectiva: propia del ser humano, produce pensamientos.

El alma es forma del cuerpo y su unión con él es sustancial. Dentro del alma intelectiva se encuentra el entendimiento agente y Tomás defiende que este es individual.

Teoría del Conocimiento:

El alma, al estar unida al cuerpo, enlaza todo su conocimiento intelectivo en la sensación. El conocimiento tiene su origen en los sentidos. Hay que extraer el elemento universalizable que está contenido en la materia de los seres. El proceso cognoscitivo sería el siguiente:

  • Las cosas sensibles actúan sobre los sentidos.
  • La memoria registra una imagen individual de los objetos.
  • Ahora actúa el entendimiento. Por eso el entendimiento agente obtiene los rasgos esenciales del objeto.
  • Esto activa el entendimiento paciente que formula un concepto universal.

La Ética Tomista

El intelecto se plantea cuál es el fin del hombre y qué le mueve a actuar. La respuesta es que la felicidad es el fin último del hombre. El intelecto da a la voluntad alguna idea de bien y esta la cumple. La razón práctica lo que capta es el bien, por eso el mal no es una entidad en sí mismo sino un alejamiento del bien producido por un libre albedrío.

La Ley Natural:

Distingue tres tipos de leyes: ley eterna, ley natural y ley positiva.

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