Santo Tomás de Aquino: Fe, Razón, Metafísica y Existencia de Dios

Santo Tomás de Aquino: Un Recorrido por su Filosofía

La Relación entre Fe y Razón

Tomás de Aquino estableció una distinción entre dos órdenes:

  • El orden de la naturaleza: En este orden se ubica el ser humano, considerado un ser natural entre otros, aunque con características específicas, entre las que destaca su facultad racional.
  • El orden de la gracia: En este orden, el ser humano es elevado a la categoría de hijo de Dios. La gracia eleva la naturaleza, repara el pecado original y permite alcanzar el fin sobrenatural del hombre. El orden de la naturaleza está subordinado al de la gracia, pero es autónomo, ya que la creación natural de Dios tiene consistencia por sí misma. Para Tomás de Aquino, esto no significa que la naturaleza dependa en todo de la gracia. La naturaleza puede ejercer adecuadamente sus acciones en su propio orden.

Según Tomás de Aquino, existen tres tipos de verdades de fe:

  • Las que están por encima de la razón: Son verdades inalcanzables para el entendimiento humano y, por lo tanto, no pueden ser demostradas. De ahí que se llamen propiamente misterios de fe. La razón puede demostrar que los misterios no son absurdos, pero no puede probar que sean verdaderos.
  • Las que están al alcance de la razón: Son verdades que pueden ser comprendidas por la filosofía, gracias al uso de la razón.
  • Las que están al alcance de las dos: Son aquellas que tienen que ver con Dios, pero que también puede conocer la razón. Ejemplo: la existencia de Dios.

En resumen, ambas son necesarias, pero la razón debe estar subordinada a la fe, ya que la razón es falible y la fe infalible. La fe debe marcar el fin a la razón. Lo hace de dos maneras: primero, diciéndole cuál es nuestro fin; segundo, evitando que la razón caiga en errores.

La Metafísica de Tomás de Aquino

La teoría distingue y describe dos tipos de sustancias:

  • Materiales: Son entes accesibles mediante los sentidos. Pueden considerarse en dos niveles:
    • Nivel sustancial: La materia se relaciona con la forma, como la potencia con el acto; la materia es indeterminada y la forma le confiere su determinación esencial, es decir, hace a la materia ser una cosa u otra.
    • Nivel accidental: La sustancia también es determinada por los accidentes, que le hacen ser accidentalmente de un modo o de otro. De aquí que a los accidentes se los denomine formas accidentales o actos segundos.
  • Inmateriales: Son las formas puras o subsistentes. Los entes creados por Dios poseen una esencia que es potencia de ser y que no es su propio acto de ser. Pero en Dios no es posible establecer tal distinción, puesto que es el Ser subsistente, es decir, puro acto de ser por esencia. Dios es el ser como identidad, mientras que las criaturas son inidénticas. El ser como acto es ejercido por las realidades materiales, por los seres vivos y también, de un modo más perfecto, por las sustancias inmateriales. Sin embargo, la actividad de los seres finitos es limitada. La actividad de los entes finitos está limitada por la esencia, que es la potencia del ser.

Demostración de la Existencia de Dios

Tradicionalmente se ha denominado vías a las demostraciones de la existencia de Dios propuestas por Tomás de Aquino. Según Tomás, la existencia de Dios puede ser probada por la razón porque no es evidente. Todas las vías tienen una estructura semejante que se puede resumir en cuatro pasos:

  1. Se parte de algún fenómeno natural que sea observable y al que hay que describir en términos metafísicos.
  2. Se aplica el principio de causalidad.
  3. Se plantea la imposibilidad de remontarse al infinito en la serie de causas.
  4. Cada vía alcanza un determinado término.

Las Cinco Vías

  • Primera vía o vía del movimiento: Es innegable, en efecto, y consta por el testimonio de los sentidos, que en el mundo hay cosas que se mueven, es decir, que cambian de un estado a otro. Ahora bien, según el principio de causalidad, todo lo que se mueve es movido por otro. Por lo tanto, si lo que mueve a otro es también movido, es necesario que otro lo mueva. Pero esta serie de motores no puede ser infinita, pues en tal caso no habría un primer motor ni un primer movimiento, ni por lo tanto los motores y movimientos posteriores. Pero es evidente que hay cosas que se mueven. Por ello, se llega a la conclusión de que existe un primer motor inmóvil, y este motor inmóvil es Dios.
  • Segunda vía o vía de la causalidad eficiente: Todo lo que ha comenzado a ser, ha sido causado por otro. Pero no es posible que la sucesión de causas y efectos sea infinita, porque si lo fuera, no habría una primera causa, ni por lo tanto una segunda, ni una tercera, etc., ni por lo tanto causalidad alguna; lo cual es contrario a la evidencia. Tampoco es posible que algo sea su propia causa, puesto que tendría que ser anterior a sí mismo y eso es imposible. Por lo tanto, existe una primera causa no causada, que es Dios.
  • Tercera vía o vía de la contingencia: Esta vía, también llamada argumento de la limitación en la duración, afirma que hay cosas que empiezan a ser y dejan de ser, y que por lo tanto pueden no ser. Estas cosas se llaman contingentes. Pero si todas las cosas fueran así, es decir, contingentes, entonces alguna vez no hubo nada; porque lo que se puede decir de cada parte del conjunto, se puede decir del conjunto entero, es decir, que alguna vez no existió. Pero de la nada no sale nada. Por ello, debe existir un ser necesario para que haya estas cosas o seres. Este ser absolutamente necesario existe por sí mismo y es causante de la existencia de los demás seres.
  • Cuarta vía o vía de los grados de perfección: Esta vía, también llamada argumento de la limitación en la duración, afirma que hay cosas que empiezan a ser y dejan de ser, y que por lo tanto pueden no ser. Estas cosas se llaman contingentes. Pero si todas las cosas fueran así, es decir, contingentes, entonces alguna vez no hubo nada; porque lo que se puede decir de cada parte del conjunto, se puede decir del conjunto entero, es decir, que alguna vez no existió. Pero de la nada no sale nada. Por ello, debe existir un ser necesario para que haya estas cosas o seres. Este ser absolutamente necesario existe por sí mismo y es causante de la existencia de los demás seres.
  • Quinta vía o vía de la finalidad: Parte de la finalidad que tienen las cosas en la naturaleza. Podemos observar que hay seres sin conocimiento que trabajan y actúan por un fin, para alcanzar lo mejor. Para que los seres carentes de conocimiento lleguen a su fin deben ser ordenados o dirigidos por alguien inteligente. Por lo tanto, deben existir seres inteligentes. Pero estos deben ser dirigidos por alguien y así sucesivamente, y como no se puede llegar al infinito, entonces, necesariamente tiene que existir un Ser inteligente que dirija a los demás, el cual es llamado Dios.

La Doctrina sobre el Alma

Santo Tomás dice que el alma es la forma del cuerpo, y esta se divide en tres partes: vegetativa, sensitiva y racional. Dice también que el alma vegetativa y sensitiva sí que son mortales, pero el alma racional es inmortal. Por lo tanto, podemos decir que la verdad que contribuye al hombre es el alma racional. Esta nos distingue de los demás y nos hace parecidos a los seres inmateriales que están cercanos a Dios.

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