Contexto Histórico del Siglo XIII
Durante el siglo XIII, Europa experimentó un gran desarrollo económico y cultural, consolidándose la estabilidad de algunos reinos que apuntaban ya a la creación de los estados modernos. Se dio la firma de la Carta Magna. El Sacro Imperio Romano Germánico se desmoronó a lo largo del siglo y perdió su influencia en Italia. Federico II Hohenstaufen fue coronado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en 1220. También le correspondía el reino de Sicilia y la isla de Sicilia. Más tarde, Federico II establecería en el reino de Sicilia su residencia y viajaría a Alemania. En 1231 promulgó la Constitución de Melfi y en 1250 Federico murió. El título quedaría vacante tras su muerte. Tras su muerte, le sucedería su hijo en el reino de Sicilia. Durante su mandato, el reino de Sicilia y el resto de Italia se verían envueltos en las luchas entre partidarios del Papa y del Emperador.
Contexto Filosófico
La actividad filosófica abandonó el entorno eclesiástico. Una muestra de esto es el declive de las posiciones agustinianas en el mismo seno de la iglesia, que luego fueron sustituidas por las nuevas posiciones de Alberto Magno y Tomás de Aquino. Entre los defensores destacarán los llamados averroístas latinos, y su representante es Siger de Brabante. En la Universidad de París tendrán lugar los enfrentamientos. Averroes, con sus comentarios a las obras de Aristóteles, se convertirá en el filósofo de referencia de los aristotélicos, incluido Santo Tomás. Por otro lado, Maimónides adoptará posiciones sobre la relación entre la razón y la fe similares a las de Santo Tomás. La obra de ambos tuvo gran difusión en Europa.
Teoría de la Esencia y la Existencia
La metafísica aristotélica conduce a una interpretación del mundo diferente: el mundo es eterno y está compuesto de una multiplicidad de sustancias que tienen la misma entidad. La distinción que ya había establecido Avicena entre la esencia y la existencia será la respuesta que buscará Santo Tomás. La esencia está respecto a la existencia como la potencia respecto del acto. Lo que una cosa es, su esencia, puede ser comprendido independientemente de que esa cosa exista o no, e independientemente de su existencia o no, la esencia se mantiene inalterable, siendo lo que es. Por ejemplo, comprendemos lo que es un hombre independientemente de que existan o no hombres, y lo mismo con cualquier otra sustancia. La esencia sería pues una cierta forma de ser en potencia: para existir tendría que ser actualizada por otra entidad que le diese la existencia, ya que nada puede ser causa de su propia existencia. Todas las cosas que existen son un compuesto de esencia y existencia. Entonces podemos decir que son contingentes, es decir, no tienen en sí mismas la necesidad de existir, pueden existir o no existir. La existencia procede de otra sustancia que exista eminentemente. Toda esencia puede ser captada por la razón sin que la existencia lo sea igualmente. Yo puedo saber lo que es un hombre e ignorar si existe en la naturaleza de las cosas. La existencia es algo muy distinto de la esencia. Es imposible que la existencia de una cosa proceda de su naturaleza o de su forma. Para Santo Tomás, la esencia de los seres contingentes comprende también la materia, y la esencia de los seres se identifica con la forma, ya que carecen de materia. A Santo Tomás le es posible admitir sustancias inmateriales.
Filosofía Moral
La filosofía moral de Santo Tomás implica la fusión de al menos dos tradiciones: el eudemonismo aristotélico y la teología cristiana. Aquino sigue a Aristóteles al pensar que un acto es bueno o malo dependiendo de si nos acerca o nos aleja de nuestro fin propio. Ese fin es la eudaimonía, es decir, la felicidad que es entendida como la perfección, como bienestar. Para lograr la felicidad es necesario el desarrollo de virtudes intelectuales y morales. Pero por otro lado, Tomás cree que es imposible alcanzar la felicidad plena en esta vida porque para él consiste en la beatitud o la unión con Dios.
Fundamentos Metafísicos de la Ética Tomista
Según San Agustín, las cosas que existen son buenas. Existen dos tipos: las cosas incorruptibles y las corruptibles. Si algo es incorruptible no puede hacerse peor, es decir, no puede perder aquella bondad que posee. Y si algo es corruptible, entonces sí puede empeorar. Todo lo que existe tiene cierta bondad. Él afirma que bondad y ser son realmente lo mismo. El mal no tiene existencia real. Algo es malo en la medida en que está privado de algún bien particular que corresponde a su naturaleza. También afirma que los seres vivos están compuestos de materia y forma. Por forma entiende el principio que organiza la materia en una sustancia individual formada por facultades, y una sustancia es el tipo de cosa que es y tiene las potencialidades propias de la especie a la que pertenece. Todas las sustancias buscan su fin último. La capacidad que define al ser humano como especie es la razón. Para saber si una acción es buena o mala tendremos que deducir si es acorde con nuestra naturaleza racional. La diferencia entre una acción buena o mala es una diferencia en la relación con la razón.
La Ley Natural
Santo Tomás describe las leyes como dictados de la razón práctica que emanan de un gobernante. Una ley es un precepto que sirve de guía para la acción humana. La bondad o maldad de una acción dependerá de si respeta o no la ley vigente. Para Aquino, una acción humana es buena o mala dependiendo de si responde a la razón. La razón es la medida mediante la que evaluamos la acción humana. Él piensa que las leyes que gobiernan la acción humana son una expresión de la propia razón. La ley natural es una extensión de la ley eterna y con ella Dios nos ordena hacia la felicidad última poniendo en nosotros tanto el conocimiento como la inclinación hacia el bien. Según él, existen unos primeros principios en virtud de los cuales los seres humanos razonamos. Estos principios son indemostrables.
Tipos de Leyes según Santo Tomás
- Ley Eterna: Dictada por Dios para siempre y para todos los seres.
- Inclinación al bien natural común a todos los seres, por el cual, todos tienden a la autoconservación.
- Inclinación al bien animal por el que todos los seres animados buscan lo que por naturaleza les corresponde.
- Inclinación al bien racional, propio del ser humano.
- Ley Divina: Dictada por Dios al hombre para conseguir su fin supremo natural.
- Ley Humana: Inventada por los hombres para regular la vida terrenal. Esta siempre ha de ajustarse a la ley natural racional, pues de lo contrario no sería justa, ni sería ley, sólo puede ser dictada por la comunidad o quien la represente y debe encontrarse dirigida hacia el bien.
Fe y Razón en Santo Tomás
En el siglo XIII, la filosofía aristotélica vivió un periodo de esplendor gracias a sus comentaristas árabes, especialmente Averroes. Santo Tomás sigue a Aristóteles en la concepción del ser humano como una unidad sustancial de cuerpo y alma, donde el alma es la forma del cuerpo y el cuerpo la materia del alma. Todo conocimiento comienza por los sentidos, que son de naturaleza corporal. Existen para Santo Tomás dos niveles diferentes: un nivel natural en el cual el hombre puede alcanzar las verdades filosóficas por el uso de la razón a partir de los datos de los sentidos, y un segundo nivel sobrenatural, que depende de la gracia divina y que sobrepasa la capacidad del hombre.