Santo Tomás de Aquino: Teología, Razón y la Existencia de Dios

Vida y Obra

Nacido en Roccasecca y fallecido en 1274 en Fossanova, Santo Tomás de Aquino es uno de los teólogos más importantes del cristianismo y uno de los principales filósofos escolásticos. Estudió en profundidad a Aristóteles. En 1248 viajó a París para estudiar junto con Alberto Magno. Consiguió el doctorado en teología y en 1256 fue nombrado profesor de la Universidad de París.

Fe y Razón

Frente a la doctrina de la doble verdad de los averroístas latinos, Santo Tomás sostiene que la verdad es única y que se puede conocer de dos maneras: por la fe y la razón. La razón conoce a través de los sentidos; en cambio, la fe, a través de la revelación divina. Se conoce a Dios mediante la fe, por la revelación de la Biblia. La esencia de Dios consiste en existir. En consecuencia, ambas vías son independientes.

  • La razón (filosofía): Consiste en aplicar procedimientos lógicos y se funda exclusivamente en el conocimiento del mundo sensible, a partir del cual se derivan otras verdades, las verdades naturales.
  • La fe (teología): Por el contrario, parte de las verdades reveladas, que han de ser aceptadas sin discusión porque emanan directamente de Dios.

Además, existen algunas verdades que la razón puede demostrar, pero que Dios ha querido revelarnos: los preámbulos de la fe. En este terreno confluyen la fe y la razón. La teología puede utilizar la razón para comprender la verdad revelada (teología natural). La filosofía está, por tanto, al servicio de la teología y, como la verdad es única, la filosofía y la razón se equivocan si llegan a conclusiones incompatibles con la fe.

Existencia de Dios

Aristóteles afirmaba que la existencia de Dios no es evidente para el hombre, es decir, que era susceptible de demostración racional. Santo Tomás de Aquino, siguiendo esta línea, argumentó que es posible conocer a Dios mediante la razón, partiendo de la experiencia sensible.

Para probar la existencia de Dios, Tomás de Aquino creó unas demostraciones a las que denominó cinco vías. Todas comparten la misma estructura:

  • Se parte de una evidencia procedente de los sentidos.
  • Se aplica un principio metafísico aceptado (ejemplo: «todo lo que se mueve es movido por otro»). Sería absurdo llevarlo hasta el infinito, por lo que hay un motor inmóvil.
  • La conclusión es que Dios existe.

Las Cinco Vías

  • Vía del movimiento: Las cosas están en movimiento y todo lo que se mueve requiere un motor que lo ponga en marcha. Como no puede haber una secuencia infinita de motores, es necesario pensar que existe un primer motor que mueve y que, a su vez, no esté en movimiento. Este primer motor inmóvil es Dios.
  • Vía de la causa eficiente: Todos los seres tienen una causa eficiente que los ha creado. Como nada puede generarse a sí mismo, siempre se requiere de una causa externa. Por tanto, es necesario concluir que existe una primera causa que, a su vez, no haya sido causada. Esta causa incausada es Dios.
  • Vía del ser necesario: Los seres contingentes (seres que pueblan el cosmos, pero podrían no existir) proceden por generación de otros seres contingentes, pero no tiene sentido postular una cadena infinita de generaciones. Como nada puede surgir de la nada, es necesario que haya una divinidad creadora, caracterizada por no haber empezado a existir, sino por haber existido toda la eternidad. Este ser necesario es Dios.
  • Vía del ser supremo o de la perfección: Todas las personas son capaces de juzgar el bien o el mal y calificarlos como más o menos nobles. Esto es posible porque existe un bien supremo y perfecto en función del cual se puede juzgar todo lo demás. Este bien supremo y perfecto es Dios.
  • Vía del orden y del gobierno del mundo: En el mundo, todo lo que acontece está dirigido a un fin. Dado que los objetos naturales tienden a un fin, ese fin ha tenido que ser impreso por una mente superior divina. Esta mente superior es Dios.

Creación del Mundo

Para resolver el problema de la creación, Santo Tomás distingue entre esencia y existencia. Esencia es aquello que define una entidad y se compone de materia y forma; ambos componentes han sido creados y son contingentes. Además, es lo que comparten todos los seres de una misma especie y, por último, se identifica con la potencia aristotélica, ya que es aquello que puede llegar a existir. Por otro lado, la existencia es aquello por lo que la esencia existe. Se identifica con el acto aristotélico: es aquello que actualiza la esencia. En Dios, esencia y existencia se implican mutuamente porque su naturaleza implica existir necesariamente, ya que es un ser infinitamente perfecto. En cambio, los demás seres son contingentes: su esencia no implica necesariamente existir, y por ello participan de la existencia gracias al acto creador de Dios. La esencia de Dios consiste en existir.

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