Santo Tomás de Aquino: Fe, Razón y la Existencia de Dios
Según Santo Tomás de Aquino, el alma racional del hombre es limitada, ya que debe tener en cuenta los sentidos del cuerpo y partir de lo particular concreto hacia lo universal abstracto. Estos límites se hacen evidentes al intentar conocer a Dios, resultando en un conocimiento imperfecto y analógico. Para aquello que la razón no puede alcanzar, existe la fe. Ambas, fe y razón, poseen verdades complementarias y no tienen por qué enfrentarse. Los conocimientos de la fe, revelados por Dios en las Escrituras, amplían nuestro conocimiento racional por una vía amorosa.
Relación entre Filosofía y Teología
La filosofía (razón) y la teología (fe) poseen contenidos propios que no comparten, pero también existen verdades que sí lo hacen, como:
- La existencia de Dios: Santo Tomás sostiene que la razón puede comprobar la existencia de Dios a través de las «cinco vías».
- La inmortalidad del alma: Influenciado por Platón, considera que la inmortalidad del alma puede ser explicada tanto por la fe como por la razón.
Demostración de la Existencia de Dios
Para Aquino, la proposición «Dios existe» es evidente en sí misma, pero no para nosotros, que carecemos de la comprensión de la naturaleza divina. La corriente agustinista, representada por el argumento ontológico de San Anselmo (s. XI) en su obra Proslogion, afirmaba que era posible alcanzar el conocimiento de la existencia de Dios a partir de la idea misma de Dios. Este argumento sostiene que todos los hombres tienen una idea de Dios, la cual no solo existe en nuestro pensamiento sino también en la realidad. Así, se parte de la idea de Dios como causa para concluir en su existencia como efecto, utilizando únicamente la razón, propio del platonismo cristiano.
Frente a esta corriente, Aquino distingue dos tipos de verdades:
- Las que son evidentes en sí mismas y para nosotros (proposiciones cuya verdad nos resulta patente del mero análisis de los conceptos).
- Las que, siendo evidentes en sí mismas, no lo son para nosotros.
Las Cinco Vías de Santo Tomás
Santo Tomás propone cinco vías para demostrar la existencia de Dios a través de la razón:
- Primera vía (Movimiento): Parte del hecho de que hay movimiento para llegar a Dios como motor inmóvil del universo. Dios es la primera causa de movimiento.
- Segunda vía (Causalidad): Parte de las causas causadas para llegar a Dios como primera causa incausada.
- Tercera vía (Contingencia): Parte de los seres contingentes (no necesarios) para llegar a Dios como ser necesario en sí mismo y para los demás, que los justifica. Dios es el creador de todo el universo.
- Cuarta vía (Grados de Perfección): Parte de los grados de perfección para llegar a Dios como ser sumamente perfecto.
- Quinta vía (Finalidad): Parte del orden para llegar a la conclusión de la necesidad de Dios como inteligencia ordenadora.
René Descartes: La Duda Metódica y el Método Científico
La Duda Metódica
La clave del método cartesiano se encuentra en la evidencia. El primer propósito de Descartes es encontrar un punto de partida: una verdad tan inmediatamente evidente, «tan firme y segura que las más extravagantes suposiciones de los escépticos no sean capaces de conmoverla». Para ello, propone «rechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudiera imaginar la menor duda, con el fin de ver si, después de hecho esto, no quedaría en mi creencia algo que fuera enteramente indudable».
Descartes duda de todos los conocimientos adquiridos hasta el momento. Cuestiona la fiabilidad de los sentidos y de la razón, e incluso plantea la posibilidad de que todo sea un sueño. Además, introduce la hipótesis del «genio maligno», «de extremado poder e inteligencia, que pone todo su empeño en inducirme a error».
Sin embargo, Descartes aclara que su duda es metódica, no escéptica. A diferencia de los escépticos, que dudan por dudar, la duda cartesiana es provisional, un medio para alcanzar la evidencia. La duda desaparecerá cuando encontremos algo de lo que no se pueda dudar.
El Método de Descartes o Método Científico
Descartes ideó su método después de decidir rechazar todo lo que hasta ese momento le habían enseñado como cierto y que no se podía probar. Para él, únicamente la lógica, la geometría y el álgebra son ciencias que se pueden probar. De estas ciencias, Descartes extrae cuatro reglas fundamentales:
- No aceptar nunca nada como verdadero, salvo las ideas claras y distintas.
- Dividir el problema en tantas partes como sea necesario para analizarlo.
- Ordenar los pensamientos de lo simple a lo complejo, y allí donde no exista orden, asumirlo.
- Comprobar meticulosamente todas las cosas para asegurarse de que no se ha pasado nada por alto.