Maquiavelo:
Maquiavelo ha pasado a la historia como el primer teórico del Estado moderno, este describe un tipo de estado nuevo distinto al orden político feudal al que se suele llamar Estado Absoluto este estado tiene bastante que ver con el actual. Los principios de Maquiavelo dicen que los modelos políticos son organizaciones con gran poder destinadas a imponer un determinado orden en la vida social, partiendo del hecho de que los hombres están en perpetua lucha entre ellos debido al egoísmo intrínseco de la naturaleza humana, por eso el estado debe ser fuerte para impedir sistemas sociales como la Anarquía así organizando correctamente la sociedad y conduciendo esta al progreso, estos son los fines a los que se refiere Maquiavelo. Los medio empleados por los que este estado impondrán su voluntad serán dos: Mediante el monopolio de la violencia, esto quiere decir que el estado debe ser fuerte e imponerse a cualquier otro grupo social que quiera imponerse a este. Y mediante la organización de consentimiento que quiere decir que además de emplear la violencia física el estado ha de emplear otros medios, estos son fundamentalmente las leyes aunque también son importantes las ideologías.
Justicia de Platón:
Concepción platónica de la naturaleza humana (psicología platónica) y concepto de justicia.Para Platón el alma humana está dividida en tres partes, cada una con una función propia. Las tres partes del alma son: La parte racional, cuyo desarrollo da lugar a virtudes como la sabiduría y la prudencia, La parte irascible, cuyo dominio da lugar a la voluntad y al valor. Y por último, la parte apetitiva o concupiscible, de esta última parte dependen los deseos terrenales y, si esta parte del alma se somete a la parte racional, dará lugar a la templanza. Si cada parte del alma realiza la función que le es propia por naturaleza buscando el bien del organismo, habrá armónía entre las partes del alma y tendremos un hombre justo. Así pues, Platón establece una semejanza entre justicia, virtud y felicidad, de manera que estas van unidas.
La división de las clases sociales
Platón establece como condición imprescindible para el desarrollo del Estado ideal que éste esté dividido en clases sociales originadas a partir de una división del trabajo. La pertenencia a una u otra clase social se determina por inclinación natural dependiendo de la parte del alma que domine en cada ciudadano. Platón distingue las siguientes clases sociales: La clase de los gobernantes (que tienen más desarrollada la parte racional del alma), la clase de los guardianes (que tienen la parte irascible más desarrollada) y la clase de los trabajadores manuales (en los que prima la parte apetitiva). La clase de los gobernantes y la de los guardianes comparten el comunismo aristocrático, que es una especie de reglamento de sacrificio que se impone a las clases defensora y rectora de la ciudad. Mediante este comunismo los guardianes y los gobernantes evitan toda clase de distracciones, ya que carecen de propiedad privada y tampoco establecen lazos familiares. Los trabajadores manuales son los únicos que tienen derecho a formas restringidas de la propiedad privada (bajo control directo del estado) y también se les permite establecer vínculos familiares, ya que al contrario que las otras dos clases ellos lo necesitan para poder ser felices. Si cada una de las tres clases sociales cumple su cometido buscando el bien común se da lugar a una sociedad justa, en la cual se consigue la felicidad común a partir de la individual. Aquí se pone de manifiesto el paralelismo existente entre la psicología platónica y la organización del estado ideal.
Justicia Aristóteles:
La virtud clave para la organización perfecta del Estado es la justicia. Pero la justicia puede estar referida a la totalidad social o a las relaciones del Estado con los individuos y de éstos entre sí. En este sentido distingue Aristóteles dos clases complementarias de justicia: la primera es la justicia general, definida por el mantenimiento de la ordenación legislativa de la sociedad, es decir, por la necesidad del cumplimiento de las leyes; la segunda es la…
justicia particular, que, a su vez, puede mostrarse como justicia conmutativa o como justicia distributiva. La justicia conmutativa asegura la igualdad de trato de los ciudadanos por parte del Estado en determinados asuntos públicos y legislativos; la justicia distributiva atiende al mérito y a los servicios prestados por cada ciudadano para proceder a la determinación del trato que el Estado debe dispensarle.
F.De Gobierno Aristóteles:
En este caso, las formas justas de organización social estarían representadas por la monarquía, la aristocracia y la politeia, mientras que las formas degeneradas de ejercicio del poder serían la tiranía, la oligarquía y la demagogia (como alteración decadente de la politeia). Las formas justas, frente a las desviadas, tienen en cuenta el interés común, mientras que éstas sólo atienden al interés de los dirigentes. Para Aristóteles, el gobierno ideal sería la monarquía de un hombre perfectamente virtuoso. Pero como encontrar un hombre perfecto, o unos pocos (Aristocracia), es muy difícil propone como ideal más accesible para conseguir el bien común la politeia. La preferencia aristotélica se inclina, por lo tanto, hacia la politeia o hacia una organización híbrida entre aristocracia y democracia basada en el predominio de las clases medias y regida por aquellos ciudadanos que destaquen en mérito y excelencia. En efecto, Aristóteles desea hacer prevalecer una Constitución basada en la clase media y que se define como intermediaria entre los ricos, llevados por el egoísmo y la ambición, y los no propietarios, carga y amenaza para el Estado. Según Aristóteles, esta clase es la que asegura la estabilidad del Estado, permanece fiel a las leyes y desconfía de los arrebatos pasionales. No trabaja en su solo interés, sino en el de todos los gobernados. Esta posición política corresponde bastante exactamente a sus puntos de vista morales y a la forma en la que se sitúa a la virtud en una especie de término medio.Estado moderno:
Maquiavelo ha pasado a la historia como el primer teórico del Estado moderno. En efecto, en sus obras políticas describe un tipo de Estado nuevo, distinto al. Orden político feudal y que, desde la perspectiva actual, se suele denominar Estado Absoluto, pero que, con las adaptaciones necesarias, contiene importantes elementos estructurales del Estado de hoy. Los principados que Maquiavelo presenta como modelos políticos son organizaciones con gran poder destinadas a imponer un determinado orden en la vida social. Partiendo del hecho de que los hombres están en perpetua lucha entre ellos debido al egoísmo intrínseco de la naturaleza humana, el Estado debe ser un poder fuerte que imponga un orden e impida la anarquía social, organizando armoniosamente la sociedad y conducíéndola por las sendas del progreso. Estos son los fines a los que Maquiavelo se refiere en su célebre sentencia El Estado es, por tanto, algo puramente humano, desacralizado y tangible, que será despótico en momentos de grave crisis pero que, una vez normalizada la situación, debe dejar paso a la participación ciudadana en la dirección del mismo para asegurar más efectivamente la paz social. Los métodos (medios) por los que este Estado impondrá su voluntad serán dos: mediante el monopolio de la violencia y, mediante la organización del consentimiento. El monopolio de la violencia quiere decir que el Estado será fuerte frente a cualquier otro grupo social que quiera impónérsele -por ejemplo, los señores feudales o la Iglesia- y que, si es necesario, se impondrá por las armas, debiendo, por tanto, mantener un ejército poderoso, tanto frente al exterior como frente a los grupos internos disgregadores. Dicho de otro modo, ningún otro grupo social estará por encima del Estado ni podrá emplear las armas frente a él. Por ello se emplea la palabra monopolio. La organización del consentimiento quiere decir que además de la violencia física, el Estado necesita otros medios para mantener cohesionado el cuerpo social. Estos medios son, fundamentalmente, las leyes, aunque también son importantes las ideologías, entre las que Maquiavelo destaca la predominante en aquella época: la religión cristiana.