Sócrates: La Búsqueda de la Verdad y la Virtud

Introducción

Sócrates fue un maestro de Platón y, aunque no escribió nada, fueron sus discípulos los que transmitieron su pensamiento. Marca un punto de inflexión en la filosofía occidental ya que, a partir de él, se va a buscar con total claridad todos aquellos conocimientos inmutables por encima de las opiniones y, sobre todo, de los planteamientos relativistas. Le interesaban los valores éticos, políticos, la conducta humana. Sócrates es lo contrario a los sofistas, le interesa el bien, la justicia, las virtudes de las personas para ser mejor ciudadano y sentirse feliz consigo mismo. Es un moralista, intenta que la persona sea lo mejor, que sea virtuosa en el sentido racional, no por religiones, hacía que las personas reflexionaran por sí mismas. Murió envenenado por un veneno llamado cicuta.

Reflexiones del maestro respecto a los sofistas

Respecto al conocimiento:

Sócrates dice que el conocimiento se constituye en saber cuál va a ser el camino adecuado para el propio desarrollo personal, en el saber encontrará el hombre su plena realización personal. Sócrates quiere que el hombre se desarrolle plenamente como persona, considera que el conocimiento va a repercutir en la personalidad, busca ese hombre virtuoso, que desarrolle sus facultades racionales, va a ser mejor ciudadano, solo persigue una meta: actuar de forma virtuosa, buena y justa.

Actitud dialogante:

Sócrates criticaba la arrogancia, la vanidad, el engreimiento de aquellos que creían estar en posesión de la verdad, incluso imponer a los demás sus propias ideas. Le dijeron que la pitonisa había dicho que no existía hombre más sabio que él, pero él lo interpretó diciendo que quien cree que no sabe nada es quien más cerca está de la sabiduría, no los que creen que todo lo saben. Sócrates quería que las personas se dieran cuenta por sí solas de las cosas y sacaran ellas mismas sus reflexiones y se dieran cuenta que a lo mejor la verdad era otra, no la que ellos pensaban. Sócrates hace que sus alumnos piensen por ellos mismos a través del diálogo y la reflexión, él dice que cada hombre posee dentro de sí mismo parte de la verdad, pero debe de ser descubierta con la ayuda de los otros.

La búsqueda de los valores absolutos:

Los temas que más le preocupan eran los relacionados con la conducta humana, por lo que su reflexión gira en torno a encontrar las definiciones de: el bien, la justicia, la amistad, el amor, la valentía o la belleza.

¿Cómo se llega al conocimiento?

Él dice que es posible conocer la verdad a través de la razón. Si queremos superar el relativismo, debemos de llegar a poder definir los conceptos sobre esos valores. Ejemplo: lo mismo que somos capaces de llegar a la definición del concepto “mesa” atendiendo a las características comunes a un conjunto de mesas, deberíamos encontrar la definición de los conceptos de bien o de justicia. Definir es ir más allá de la multiplicidad, el desorden y el cambio de las cosas. Sócrates ha quedado en la historia como el primero que buscó definiciones universales sobre los conceptos sobre valores morales, solo de esta manera es posible acceder a la verdad universal y objetiva. Y la única manera de llegar a ellos es copiando lo que hace la ciencia, es abstraer o inducir lo general de los casos particulares, ese proceso inductivo es el camino para ordenar la realidad y llegar a los conceptos universales.

¿Es posible el conocimiento de los valores morales?

Es obvio que no es tan fácil que todos estemos de acuerdo en una definición de la justicia o el bien. Cuando se trata de definiciones sobre cosas físicas no hay más que observar las características comunes y sacar su correspondiente concepto. Pero en los valores seguramente no todos coincidiremos cuando observamos determinadas conductas e inducir que son buenas o malas. Entonces nos propone Sócrates dos pasos a seguir para llegar a un acuerdo en esos temas, para poder llegar sobre todo a las definiciones sobre lo bueno, justo, lo bello, etc.

A) Primero, tenemos lo que él llama la autoreflexión, es una reflexión racional sobre cualquier caso de conductas humanas con el que nos encontramos, de ese modo nuestra conciencia se dará cuenta de lo que realmente es valioso, justo o bueno, es decir, que el hombre, si no se deja llevar por sus intereses y se guía por la razón, irá encontrando poco a poco el contenido de los conceptos morales que busca. Y cuando se enfrente a un caso concreto se dará fácilmente cuenta de si es justo o rechazable desde el punto de vista moral.

B) En segundo lugar, se ha de entablar entre todos los interlocutores ese diálogo moral al que nos referíamos más arriba, no basta compartirla con los demás y encontrar entre todos esa verdad moral. A Sócrates le gustaba preguntar a sus amigos cuando estos respondían a sus preguntas, este método ha recibido el nombre de ironía. De este modo conseguía que fuese el propio alumno el que llegara por sí mismo a esas definiciones de una manera más correcta.

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