Los Sofistas: Un Cambio de Paradigma en la Filosofía
Los sofistas se diferencian de los pensadores que hemos denominado presocráticos.
Características de los Sofistas
Con Respecto al Modo de Enseñar
- Los sofistas ejercen como profesionales del saber, cobrando un sueldo por sus enseñanzas.
- Orientan sus enseñanzas no al conocimiento en sí, sino a la obtención de fines prácticos, generalmente de tipo político.
- Emplean preferentemente la retórica y la erística como métodos por excelencia. Estos métodos no buscan tanto alcanzar el conocimiento como salir triunfante en las intervenciones y disputas públicas.
Con Respecto a los Contenidos de la Enseñanza
- Cambio en la noción de physis: Para los pensadores anteriores, todo es physis. Los sofistas introducen una separación entre el ámbito de la physis y el ámbito de lo que denominan nomos o ethos.
- Centran sus intereses en el ethos, es decir, en cuestiones de tipo político, moral, etc.
- El abandono de la physis como totalidad les lleva a enfocarse en las cosas individuales y múltiples. Ya no se preguntan por el ser de la totalidad, sino, en el mejor de los casos, por el ser de las cosas.
- Abandono de la noción de verdad: Consideran que no existe nada detrás de los fenómenos; las cosas son como aparecen.
- Este abandono conduce, en la mayoría de los sofistas, a un escepticismo con respecto al conocimiento y a un relativismo con respecto a la moral, las instituciones, las leyes, etc.
- Si no existe una verdad, si no existe algo en lo que, en el fondo, “consistan” las cosas, sino que estas son como aparecen, no habrá forma de fundamentar el conocimiento. El conocimiento pasa a ser una cuestión de habilidad argumentativa.
- Surge un relativismo en el campo del ethos, ya que no hay ningún fundamento que determine que unas leyes, instituciones o costumbres sean mejores que otras. Como consecuencia, cada pueblo tendrá leyes e instituciones distintas según sus circunstancias.
- Elaboraron una nueva manera de entender la relación con la cultura: la formación, que pervivirá durante el periodo clásico y el helenismo. Hasta entonces, la formación consistía en un conocimiento de los mitos transmitidos mediante poemas.
- Esta formación tiene como objeto preferente la enseñanza de la virtud. Mientras las polis tuvieron gobiernos aristocráticos, la virtud era considerada patrimonio exclusivo de la nobleza. Con el triunfo de los sistemas democráticos, se impone la idea de que la virtud es enseñable.
Protágoras: Uno de los Sofistas Más Importantes
Doctrina de Protágoras
Protágoras es autor de una de las frases más polémicas de la historia de la filosofía: “El hombre es la medida de todas las cosas; de las que son, en tanto que son; de las que no son, en tanto no son”. Esta frase se interpreta a veces en un sentido subjetivista, como si el hombre fuese el fundamento del ser de las cosas.
Los dos polos de esto que aparece son: el “hombre”, por un lado, y las “cosas”, por otro. La realidad de las cosas y de los hombres no es sino relación. Dicho de otra manera: el hombre solo es algo en tanto que piensa, siente, percibe; y las cosas son algo en tanto aparecen como dulces, frías, blancas, propiedades que no tienen en sí mismas, sino en relación con los hombres.
Protágoras también sostuvo que acerca de los dioses no se puede saber ni qué son, ni qué no son.
Gorgias: Otro Sofista Destacado
Doctrina de Gorgias
Introducción: La doctrina de Gorgias se basa en tres puntos capitales: 1) que nada es; 2) que si fuera, sería incognoscible; y 3) que si fuera cognoscible, sería incomunicable. Esto es así porque ninguna cosa tiene las propiedades del ser de Parménides. La concepción del ser es la misma, pero ahora se habla desde el mundo aparente de la Doxa, desde el mundo de las cosas, desde la multiplicidad.
Nada es: Supongamos que es “generado”. Entonces habrá que suponer que el ser ha nacido del ser o del no-ser. Si ha nacido del “ser”, entonces lo que es ya era, con lo que volvemos al punto anterior. Que haya nacido del “no-ser” es un absurdo.
Además, hay otro problema: el ser ha de ser “uno” o “múltiple”. Si es “uno”, sea lo que sea, para ser algo ha de tener una magnitud, pero lo que tiene magnitud es divisible, y lo que es divisible está compuesto de partes, con lo que ya no es “uno”. Pero si no es “uno”, tampoco puede ser “múltiple”, ya que lo múltiple es una suma de varios “uno(s)”.
Con respecto a la mezcla de “ser y no-ser”: en este caso, o se identifica al no-ser con el ser, o se los mantiene separados. Si se los identifica, entonces, puesto que ya se ha dicho que el no-ser no es, tampoco lo sería el ser. Si no se los identifica, entonces, no estarían mezclados, sino que se darían por separado, y ya hemos visto separadamente que ni el no-ser ni el ser son.
Si algo fuera, sería incognoscible: Si lo pensado es todo lo pensado, tendría que ser algo, pero es obvio que no es así. Puedo pensar un hombre que vuela, y no por ello se dan tal tipo de entes. Efectivamente, también podemos pensar lo que es, pero esto solo demuestra que no hay ninguna relación entre lo pensado y lo que es.
Si algo fuera cognoscible, sería incomunicable: Aun suponiendo que algo fuera, y fuera cognoscible, sería incomunicable. La comunicación se establece con palabras, pero estas nunca son la cosa.