Diferencia entre los sofistas de la primera y segunda época: Los sofistas de la primera época, como Protágoras y Gorgias, estaban preocupados por la mejora de la sociedad. En cambio, en la segunda época, defienden que la justicia es la ley del más fuerte, mostrando menos interés por el progreso social.
Sócrates
Para Sócrates, la filosofía es la cura del alma, una práctica de descubrimiento personal más que una simple teoría. Esto explica por qué no escribió, lo que se conoce como el problema socrático (su pensamiento se reconstruye a partir de las versiones de sus discípulos Platón, Aristóteles y Jenofonte). Una diferencia clave entre Sócrates y los sofistas es que Sócrates considera la enseñanza como un deber hacia los demás, no solo una forma de ganar dinero. Esta enseñanza debe orientarse a la búsqueda de la verdad y a la auténtica formación ético-política de los jóvenes, rechazando el *arkhé* sofista y el cobro por sus enseñanzas, así como la aspiración al éxito social y político.
El Método Socrático
El diálogo es el método que Sócrates utilizaba para transmitir sus ideas. El diálogo socrático busca definiciones universalmente válidas de conceptos, ya que solo con una buena definición de justicia, por ejemplo, se puede superar el relativismo que la hace variar según la convención y la práctica de cada *polis*. Sócrates se interesa por una conducta ética. Frente a la ética relativista de los sofistas, quienes creían que la justicia variaba de una ciudad a otra, Sócrates busca una definición universal de justicia que sea válida para todos los hombres, encontrando así una base segura sobre la cual construir y juzgar no solo las acciones personales, sino también los códigos morales de los diferentes estados. Este método se basa en dos fases: la ironía y la mayéutica.
Ironía
Sócrates plantea preguntas sobre temas como la piedad, la virtud o la amistad. El interlocutor ofrece definiciones o concepciones basadas en mitos, tradiciones, tópicos y conocimientos superficiales. Sócrates introduce contradicciones que hacen inaceptable lo que dice el otro. El interlocutor rectifica la definición inicial, pero el proceso se repite hasta que reconoce su ignorancia. El beneficio es desprenderse de las falsas concepciones anteriores.
Mayéutica
Es la parte constructiva, que busca extraer una verdad objetiva del interior de cada uno. Mediante preguntas, Sócrates ayuda a su interlocutor a dar a luz a los conceptos que están en su interior, iluminando las ideas en la mente humana.
En este punto, Sócrates se opone a los sofistas, quienes pensaban que el conocimiento viene de nuestro interior y que cada uno lo interpreta como quiere. Sócrates propone descubrir la verdad, no como materia de especulación, sino de tal manera que sirva para vivir conforme a ella, es decir, para actuar bien. Por lo tanto, Sócrates pensaba que la virtud puede ser enseñada.
El Intelectualismo Moral Socrático
Sócrates identifica el saber con la virtud y la maldad con la ignorancia, lo que se conoce como intelectualismo moral. Para Sócrates, la utilidad del saber es que conlleva el bien, la virtud. Saber implica conocer lo que es justo, correcto y bueno. La obtención del saber tiene un efecto ético-práctico, haciendo que el ser humano se vuelva virtuoso. Quien conoce lo recto, actúa con rectitud, y quien conoce la injusticia, es justo, porque nadie con auténtico saber puede actuar incorrectamente. Si se obra el mal, es por desconocimiento del bien. Para Sócrates, los virtuosos son felices. El bien conlleva vivir bien, por lo tanto, él cree que hay una sanción natural intrínseca a las leyes morales, por la cual el bueno es justo y feliz, y el malvado es injusto y malo. El bueno y el justo no tienen en cuenta solo el beneficio y la felicidad propia, sino también el propio perfeccionamiento y el ajeno. Para Sócrates, la injusticia representa el mal y la infelicidad porque mancha el alma. De aquí que considere que es mejor recibir una injusticia que cometerla. Para él, violar las leyes es faltar a una especie de pacto que cada ciudadano ha contraído con las leyes de la *polis*, de las que recibe beneficios y a las que debe esforzarse por mantener el respeto. Así, rinde homenaje a la aceptación de su condena a muerte, aunque no le daba miedo la muerte, ya que tenía fe en la inmortalidad del alma.