Principales Sofistas
Protágoras: Considerado el padre del relativismo y del subjetivismo por su afirmación de que «el hombre es la medida de todas las cosas». La realidad en sí no existe, es una realidad mediada por el conocimiento humano. Las cosas son lo que a mí me parecen ser, no hay diferencia entre ser y parecer. Por ejemplo, una acción es justa desde el momento en que a mí me parece justa. Las verdades dependen de las condiciones impuestas por el hombre, por el sujeto (subjetivismo). El ser humano deforma lo real al intentar comprenderlo; para cada persona será cierto aquello que reconoce como tal, según su circunstancia personal. Es imposible establecer un criterio de verdad que sea universal, válido para todos. Solo puede hablarse de verdad relativamente. Esta misma conciencia de los límites del conocimiento humano lleva a Protágoras a declararse agnóstico respecto a la cuestión de la existencia o no de los dioses; ni afirma ni niega su existencia, rechaza pronunciarse sobre este tema. Si nada podemos afirmar acerca de los dioses, es normal que seamos nosotros, los seres humanos, quienes decidamos en cada momento sobre los valores que van a regular nuestra convivencia.
Gorgias: El escepticismo es una doctrina filosófica que niega toda posibilidad de conocer la verdad. El sofista que mejor la representa es Gorgias. Su escepticismo lo expresa en tres tesis: nada hay o es; si lo hubiera, no podría ser conocido; ni comunicado su conocimiento a los demás por medio del lenguaje. Las palabras responden a la experiencia que de la realidad tiene el que las pronuncia. La realidad experimentada por el que habla no es la misma que la realidad experimentada por cada cual. El hecho de que las palabras sean las mismas no supone ni garantiza que la realidad sea la misma para los distintos hablantes. El lenguaje es un instrumento de manipulación, un arma para convencer e impresionar a las masas. Si se dominan las técnicas adecuadas, el lenguaje es un medio para imponerse a los demás, de ahí la importancia que se le concede a la enseñanza de la retórica.
Sócrates: La Reacción de Sócrates frente a los Sofistas
El pensamiento de Sócrates es totalmente antitético al de los sofistas. En contra del relativismo moral de Protágoras y de la crítica al lenguaje y el consiguiente escepticismo de Gorgias, cree en la existencia de la verdad, y considera necesario restaurar el valor comunicativo del lenguaje con el fin de acabar con el caos moral y político, cuyos principales teóricos eran los sofistas. En contra de Gorgias, mantiene que el hecho de que no nos pongamos de acuerdo sobre ciertas cuestiones no significa que no podamos llegar a descubrir una definición verdadera. Solo a través de una investigación minuciosa en diálogo con nuestros semejantes podremos ir desvelando la verdad poco a poco. Sócrates concebía la filosofía como una búsqueda colectiva ejercida a través del diálogo. Sócrates propuso superar el relativismo de los sofistas mediante la búsqueda del concepto general que es el mismo para todos y se encuentra en el interior de todo ser humano, en su razón o logos. El concepto se ha de expresar en una definición que ponga de manifiesto su esencia. Este concepto responde a la pregunta sobre qué es la virtud, qué es lo bueno o qué es lo justo en sí. Si llegamos a la definición de justicia, esta se convertirá en algo inmutable e igual para todos. Según Sócrates, estos conceptos están en el alma humana pero no somos conscientes de ello, por eso propuso un método para ayudar a los hombres a descubrir la verdad que habita en su interior: el método dialéctico, ya que se puede acceder a la verdad objetiva a través del diálogo, por medio de preguntas y respuestas, argumentando y contrargumentando.
El Método Socrático: Ironía y Mayéutica
Mayéutica: Proceso dialéctico que tiene como fin descubrir la verdad. La mayéutica, arte de la comadrona, tiene como finalidad dar a luz, mediante el diálogo, las verdades que tenemos en nuestro interior, en nuestra alma. El método dialéctico es el arte que nos lleva a encontrar la verdad que llevamos dentro. Mediante una serie de preguntas dirigidas por el maestro, se trata de que el discípulo llegue por sí mismo a la verdad. Este planteamiento se concentra en la pregunta ¿qué es?, la pregunta por la definición, y a continuación se ponen en práctica las dos fases de este método:
- Mediante la ironía se lleva al interlocutor a contradecirse, para hacerle tomar conciencia de que sus opiniones no están bien fundamentadas. Mediante preguntas sobre una cuestión y la refutación de sus respuestas, Sócrates trataba de poner de manifiesto los prejuicios del interlocutor y hacerle reconocer su ignorancia acerca de algo.
- Seguidamente se abre paso la mayéutica: se consigue que el discípulo formule por sí mismo la verdad, continuando con las preguntas y respuestas. Sócrates ayudaba a alumbrar las ideas que se encontraban en el alma del otro. Al final, el interlocutor llegaba al descubrimiento de la definición correcta, expresión del concepto universal y válido para todos.
En resumen, el método socrático consiste en un diálogo entre dos o más interlocutores en el que el mismo Sócrates, usando la ironía, va haciendo preguntas; los otros van contestando con casos particulares. Sócrates va dirigiendo el diálogo hasta que, tras un proceso inductivo, por fin llegan a una definición, que corresponde a lo esencial, a lo que se llega después de despojar el asunto de que se trata de los rasgos superficiales y quedarse con lo que es común a todos los casos, con el concepto universal.
El Intelectualismo Moral
Frente a la filosofía anterior que se ocupaba de la physis, Sócrates descubre la interioridad humana. Siguiendo la máxima del Oráculo de Delfos, «conócete a ti mismo». Sócrates cree que el hombre sincero conoce en su interior tanto el bien como la verdad. Es muy importante para Sócrates salvar la moral del relativismo y el escepticismo a los que habían relegado los sofistas. Si nadie se interesa por conocer qué es lo bueno, malo, justo e injusto, reinará el caos personal y social. La vida moral y política necesita de criterios claros sobre estos valores para poder desarrollarse adecuadamente. La posición de Sócrates en lo referente a la moral puede ser calificada de intelectualismo moral. Según esta teoría, nadie obra mal a sabiendas. Quien conoce el bien actuará correctamente. El saber es idéntico a la virtud. Desde el punto de vista del intelectualismo moral, no existe la culpa sino la ignorancia, que consiste en valorar falsamente las cosas.