Aristoteles con otros autores
I. Introducción
A grandes rasgos puede decirse que Aristóteles era ante todo un naturalista, un biólogo, se dedicó a la observación y al estudio de la naturaleza y trató de explicarla sin recurrir a realidades supranaturales, mientras que Platón poseía un talante matemático que sumado al componente órfico-pitagórico de sus creencias religiosas lo impulsaban siempre más allá de la realidad sensible. La filosofía de Aristóteles abandona el mundo de las ideas separadas, trascendentes y se centra en el mundo real testimoniado por los sentidos.
Así, la crítica de Aristóteles a la teoría de las ideas de Platón se centra en rechazar que la esencia de las cosas exista separada de ellas. Pero no rechaza en su totalidad la Teoría de las Ideas;
Sólo niega su existencia separada
En lo fundamental, Aristóteles permanece fiel a la herencia platónica y socrática:
la ciencia versa sobre lo general y universal, es una búsqueda de la esencia común que se encuentraen las cosas mismas y no separada de ellas.
II. La metafísica
La principal diferencia de la metafísica aristotélica respecto a la de Platón estriba qué es sustancia para cada uno. Para Platón sustancia es la Idea (inmutable, eterna, trascendente) mientras que para Aristóteles, la sustancia primera no es la Idea sino el individuo concreto, particular y sujeto al cambio o devenir. Aristóteles aplica a la sustancia primera su teoría hylemórfica.
Admite que la sustancia puede estar sometida a procesos de desarrollo vital y devenir (génesis), como observaba frecuentemente en los embriones de ave, mamíferos o reptiles. Así, la sustancia primera no será simplemente algo estático (una Idea eterna en Platón), sino una realidad capaz de desarrollarse, devenir, perfeccionarse y crecer. La sustancia primera está formada por materia y forma. La materia, a su vez, puede ser próxima y primera. La materia primera es semejante al apeiron de Anaximandro, o a la materia primordial del Timeo de Platón. La forma es la esencia de la cosa, la sustancia segunda, la especie, y es eterna, aunque no puede existir separada del individuo. Es el objeto de la ciencia como ya enseñaron Sócrates y Platón.
La potencia y el acto.
La distinción entre potencia y acto surge como un intento de afrontar con éxito el problema de la explicación física del movimiento.
Parménides había reducido la realidad a algo estático e inmóvil, la esfera compacta del Ser.
Heráclito entendió que todo era movimiento y devenir continuo.
Platón intentó superar el inmovilismo parmenídeo y el excesivo movilismo de Heráclito distinguiendo dos tipos de realidad distintos: el Mundo Sensible, donde sí hay movimiento, transformaciones y cambios continuos; y el Mundo Inteligible, poblado exclusivamente de Ideas eternas e inmutables, al que consideraba la verdadera realidad. Pero Aristóteles habla del Ser, el acto, por un lado, y de una forma muy peculiar de no-ser: la potencia. El movimiento consistiría en el paso de la potencia al acto.
III. La Física
Es el estudio de la Naturaleza o Fisis. Fue la ocupación principal de los filósofos jonios y de otros como Empédocles, Anaxágoras y los atomistas. Parménides consideró a la naturaleza fuente de conocimiento engañoso, (mera «opinión»), pues su filosofía del Ser implicaba una negación de la naturaleza misma. Para Platón la naturaleza no podía ser objeto de ciencia estricta, porque la verdadera ciencia sólo podía ocuparse de Ideas (esencias); la consideraba simplemente fuente de conjeturas, sugerencias o mitos carentes de valor científico. Fue Aristóteles quien dio a la Naturaleza su auténtico valor de fuente para el conocimiento científico. La naturaleza nos muestra seres compuestos de materia y forma, en movimiento. Es una fuente de conocimiento valiosa por sí misma, tanto como puedan serlo las Matemáticas (estudian sólo formas abstraídas de la materia) o la Teología (estudia formas puras que existen independientemente de la materia).
Las cuatro causas (aitía):
Sólo adquirimos conocimiento científico de algo cuando conocemos sus causas. La Física se ocupa de establecer las causas de los seres naturales. La causa o principio radical de cada cosa es su propia naturaleza. Aristóteles afirma que es precisamente analizando la noción de «causa» donde mejor podemos captar el aspecto dinámico del ser. Todo lo que llega a ser tiene una causa. Según Aristóteles, «causas son todos aquellos factores que son necesarios para explicar un proceso cualquiera». Las críticas de Aristóteles a los filósofos anteriores obedecen al hecho de que la mayoría se fijaron sólo en una causa (Tales de Mileto en el agua, Heráclito en el fuego, Anaxímenes en el aire y Empédocles en fuego, aire, tierra y agua).
Platón habló de dos causas, la formal (las ideas) y la material, pero estableciendo un abismo entre una y otra y dejando la forma, las ideas, fuera de las cosas. Aristóteles, sin embargo, pensaba que era preciso ampliar la propia noción de “causa” para incluir todos sus aspectos. Por lo tanto, son cuatro causas en total: 1)
causa material (la madera con la que está hecha una mesa); 2)
causa formal (la forma de la mesa); 3)
causa motriz o eficiente (el carpintero) y causa final (utilizarla para apoyarse).
IV. Cuerpo yalma
Constituyen una única sustancia, y guardan entre sí la misma relación que la materia y la forma.
Esto le lleva a considerar absurda la doctrina de la reencarnación:
El alma no puede ser forma de cualquier cuerpo. Puesto que el alma es el principio de toda la actividad del ser vivo, no es nada distinto de esas funciones. “Si el ojo fuera un animal, la vista sería su alma”. Es decir: cuerpo y alma no son separables.
Un cuerpo sin alma dejaría de ser un animal o un organismo vivo. Y un alma sin cuerpo no sería nada. Queda excluida, por tanto, la preexistencia del alma o su existencia más allá de la muerte como afirmó
Platón
Mientras Platón distinguía tres partes en el alma, Aristóteles defiende la unidad del alma y la sitúa por todo el cuerpo, no en partes concretas. La insistencia en la unidad total del ser vivo implica que no es el alma la que siente o piensa, sino todo el ser humano gracias al alma. Pero sí le asigna funciones al alma:
1. Función nutritiva o vegetativa (incluye las funciones de crecimiento, nutrición y reproducción);
2. Función sensitiva (superior, de la que derivan la función apetitiva, los deseos, las percepciones y
la función motriz);
3. Función pensante (tiene la capacidad de pensar y entender)
V. La teoría del conocimiento
Entre los filósofos griegos y ya desde los presocráticos, la sensibilidad y la experiencia estaban muy devaluados como fuente de conocimiento. Según Parménides, los sentidos proporcionan conocimiento engañoso (opinión) y sólo la razón permite conocer la realidad de manera fiable.
Platón únicamente consideraba verdadero el conocimiento de las Ideas, para lo cual los sentidos eran un continuo estorbo. Pero Aristóteles adopta una perspectiva opuesta: no duda en devolver todo su valor a lo empírico.
Su teoría del conocimiento, por lo tanto, será empirista -aproximándose así a Hume.
No admite más mundo que el de la experiencia, el mundo conocido por nuestros sentidos.
VIII. Cosmología
Tiene algunas cosas en común con la de Platón pero la manera en que Aristóteles la expuso, alejada del mito, y su verosimilitud, de acuerdo con los conocimientos naturales de la época, fue lo que la mantuvo vigente durante toda la Edad Media, hasta la revolución científica del Renacimiento.
Aristóteles sustituye el dualismo platónico (Ideas-cosas) por otro: el mundo supralunar (perfecto, «divino» e incorruptible) y el mundo sublunar (imperfecto y corruptible).
Tanto Aristóteles como Platón afirman que el cielo es una esfera porque la esfera -figura perfecta- es la más apropiada para los cuerpos celestes. Esta creencia será mantenida incluso por Kepler, que sufre una enorme decepción cuando él mismo descubre las órbitas elípticas.
Otro elemento común a la cosmología de Platón y Aristóteles es el Demiurgo o Primer Motor, es decir, para ambos existe una causa eficiente del movimiento en el universo.