Cada uno recorre un camino diferente para llegar a Dios.
Descartes a partir de las ideas deduce la existencia de Dios (a priori, antes). Santo Tomás a partir de las realidades creadas llegar al creador, Dios (a posteriori, después).
Descartes llega a un Dios que se puede deducir a partir del sujeto, es decir, un Dios a medida de mis pensamientos, por grandes que estos sean. Santo Tomás llega a un Dios antes creído que pensado, que ha dejado huella de su amor en la creación.