Teología
La Existencia de Dios
La existencia de Dios no es evidente para nosotros, pero para San Agustín y Santo Tomás es lo más evidente en sí mismo.
Contexto del problema: Distintas antropologías, gnoseológicas.
La existencia de Dios debe y puede ser demostrada porque para el conocimiento humano no es evidente por sí misma, pero distingue entre demostraciones:
- Propter quid: Parte de la causa para conocer el efecto y va de lo anterior a lo posterior.
- Quia o a posteriori: Parte del efecto e intenta llegar a la causa a partir de los datos que los sentidos nos dan sobre el mundo (efecto). Se puede ascender a Dios (causa).
Santo Tomás rechaza las demostraciones propter quid. San Anselmo argumenta que si Dios es el ser más grande que se pueda pensar y un ser que existe es mayor que otro que no existe, entonces Dios tiene que existir. Esta demostración propter quid demuestra la existencia de Dios a partir de su esencia.
La esencia de Dios solo es demostrable a posteriori (quia). Esta necesita de la experiencia para ir a los efectos de la causa.
Principios metafísicos evidentes: El principio de causalidad eficiente y el de imposibilidad de un proceso al infinito en la causalidad (todo lo que se mueve es movido por otro).
Demostración quia – Las cinco vías: Se clasifican en estáticas (3, 4) y dinámicas (1, 2, 5) y todas presentan la misma estructura: la premisa mayor (punto de partida), la premisa menor (principios metafísicos evidentes) y la conclusión que establece una necesidad de una primera causa incausada (Dios) = Primer Motor.
- Vía del movimiento:
- Premisa mayor: Los sentidos perciben que las cosas se mueven.
- Premisa menor: Principio de causalidad: Todo lo que se mueve es movido por otro.
- Conclusión: Es necesario un primer motor.
- Vía de la causalidad eficiente:
- Premisa mayor: No es posible que algo sea causa eficiente de sí mismo porque sería anterior a sí mismo.
- Premisa menor: Si no hay causa, no hay efecto. Si no existiese una primera causa, no existirían las demás ni sus efectos.
- Conclusión: Es necesaria una primera causa.
- Vía de la contingencia:
- Premisa mayor: Las cosas pueden ser o destruidas: pueden existir o no.
- Premisa menor: Todo ser contingente procede de otro ser contingente. El mundo entero es contingente y debe haber sido creado por otro.
- Conclusión: Es necesario un ser necesario y primero, anterior a otro.
- Vía de los grados de perfección:
- Premisa mayor: Los valores se dan en las cosas.
- Premisa menor: Lo máximo se convierte en causa de lo que pertenece a tal género.
- Conclusión: Debe existir un ser perfecto, máximo en la cadena.
- Vía del orden:
- Premisa mayor: Las cosas que no tienen conocimiento obran para su fin.
- Premisa menor: Las cosas sin conocimiento tienen que ser movidas por “algo” para conseguir su fin.
- Conclusión: Debe existir un ser independiente que imponga el fin de los seres irracionales.
La Esencia de Dios
Solo hay un conocimiento indirecto de la esencia o naturaleza de Dios. Establece tres vías o procedimientos para conocer la esencia de Dios:
- Vía de negación: Podemos decir lo que no es Dios.
- Vía de causalidad: A través de los efectos conocemos la causa.
- Vía de eminencia: Aplicar a Dios las perfecciones en grado máximo. Así podemos descubrir en la naturaleza divina dos tipos de atributos:
- Atributos entitativos: Propiedades que resultan de la consideración divina en sí misma: simplicidad, perfección, infinitud, inmutabilidad y unidad.
- Atributos operativos: Propiedades que nos hablan de las operaciones o acción divina:
- Acciones inmanentes: Se atribuyen a Dios las operaciones propias de los seres espirituales: inteligencia y voluntad.
- Acciones transeuntes: Actuaciones de Dios hacia el exterior: creación, concurso, providencia y conservación.
Dios, Creador del Mundo y Acto Puro
Razón y Fe en el Conocimiento de Dios
Preámbulos y artículos de fe.
Dios en la Ética y en la Política
Dios-felicidad y Dios-autoridad.
El Ser Humano
Fuentes
Cristianismo, aristotelismo, Boecio y San Agustín.
El Hombre: Unidad Substancial. Alma-Cuerpo = Forma-Materia (Concepto Hilemórfico)
Hilemorfismo antropológico: El hombre, substancia de materia y forma. El alma es la forma substancial del hombre que informa a la materia (cuerpo). La unión del alma-cuerpo: están unidos para obrar con su naturaleza. La persona es un supuesto o substancia individual completa dotada de naturaleza racional.
Funciones del alma: Es principio de vida, forma y acto del cuerpo; es un principio de operaciones racionales, vegetativas y sensitivas. El alma proporciona a las substancias corpóreas su movimiento propio, facultad de nutrición, reproducción y sus tendencias.
Características del Alma
El alma es simple, no tiene origen corpóreo, existe porque Dios la creó después del acto de generación, es inmaterial e incorruptible, tiene conciencia y reflexión, es una substancia intelectual incompleta, es inmortal e independiente del cuerpo y es imagen de Dios.
Libertad Humana
La voluntad, apetito racional: En todas las cosas hay un apetito del bien, esto se llama apetito racional. En las cosas que carecen de conocimiento, apetito animal; en las que tienen conocimiento sensitivo (concupiscible/irascible).
Libertad de la voluntad: Todas las cosas tienden a un fin (apetito), pero el hombre lo hace libremente. A este le corresponde el apetito racional. La voluntad tiene su fin: el bien libremente. La voluntad desea el fin último o felicidad, y la felicidad solo puede encontrarse en Dios. La voluntad goza de libre albedrío.
Intelectualismo Tomista
El entendimiento es previo a la voluntad. Para Santo Tomás, el entendimiento es la facultad más noble, ya que este, mediante el conocimiento, posee el objetivo mediante asimilación mental, la contiene en sí mismo. Adopta la teoría de Aristóteles.
Ética
Fuentes
Siguiendo a Aristóteles: ética ontológica, teleológica, eudemonista e intelectual. Y al cristianismo: ética teleológica y trascendente. Y a San Agustín: ley natural.
Características
- Aristotelismo: Ética ontológica y teleológica: basada en el ser (“todo tiende a un fin identificado con la perfección”). Lo bueno será el cumplimiento de las exigencias de la naturaleza del hombre. Eudemonista: el fin, el bien, se identifica con la felicidad. Intelectualista: la felicidad es contemplación, aunque también incluye amor.
- Cristianismo: Trascendente y teleológica. La última fundamentación de la ética es religiosa. El hombre se halla sometido a una ordenación divina (ley eterna – ley natural). El último fin, la felicidad definitiva, es Dios. Este fin incluye la contemplación beatífica de Dios.
- Ley natural (San Agustín): Deduce sus normas objetivas en la ley natural. El bien es un orden objetivo de la realidad, establecido por Dios conforme a la ley eterna. El hombre tiende a su fin libremente; puede obrar según o en contra de la ley natural.
Ley Natural
Es la participación de la ley eterna en la criatura. Se refiere a la conducta humana, expresa un orden objetivo y racional establecido por Dios. La existencia de esta ley viene fundamentada en la naturaleza humana, cuyo comportamiento está delimitado por una ley moral que respeta su libertad. Su contenido se deduce de las tendencias de la naturaleza humana; así surgen principios y deberes que han de ser concretados. Tiene propiedades: es evidente (norma de conducta), universal (común a todos) e inmutable (inalterable).
La Conciencia o Sinderesis
Es el acto por el que aplicamos la ley natural a lo que hacemos. Cuando la razón conoce y aplica bien los principios morales, es recta razón.
Las Virtudes: Hábitos Buenos y Vías para la Felicidad
El alma realiza los actos que le son propios mediante las facultades. Cuando estos actos se repiten, las facultades consiguen hábitos.
Tipos:
- Naturales:
- Intelectuales: hábitos o buenas disposiciones del entendimiento especulativo o teórico o práctico. Gracias a este llegamos al conocimiento.
- Morales: perfecciones de las facultades apetitivas. Según el apetito, se pueden clasificar en:
- Virtudes que perfeccionan el apetito superior o voluntad: justicia.
- Virtudes que perfeccionan el apetito inferior (irascible y concupiscible): relacionadas con la fortaleza y la templanza.
- Sobrenaturales: Tienen como objetivo a Dios y perfeccionan la disposición humana dirigida al orden sobrenatural: fe, esperanza y caridad. Son infundidas en nosotros por Dios.
Política
Contexto y Fuentes
Más allá de Aristóteles, tiene un fin sobrenatural. También plantea las relaciones Iglesia-Estado.
El Estado: Fundamento Natural y Sobrenatural
La existencia del estado viene exigida por la naturaleza y orientada a la consecución del bien común. El gobierno es una sociedad perfecta: tienen todos los medios materiales para conseguir su propio fin (bien común), el cumplimiento de las leyes naturales. Santo Tomás admite cierta prioridad sobre los individuos. El estado también tiene un fundamento sobrenatural. Reconoce una cierta independencia del estado frente a la iglesia, pero esta es superior en cuanto que sus fines son sobrenaturales.
La Ley Positiva: Prolongación de la Ley Natural (Iusnaturalismo)
El Estado se organiza a través de la promulgación de leyes. La ley positiva es la “ordenación de la razón al bien común promulgada por aquel que está al cuidado de la comunidad”, por la autoridad competente.
No debe haber oposición entre la ley positiva y la ley natural (en oposición a los sofistas):
- La ley positiva es una exigencia de la ley natural, ya que la sociedad solo es posible con leyes.
- La ley positiva prolonga y concreta la ley natural buscando la justicia.
Soberanía y Formas de Gobierno
La soberanía del Estado no es absoluta, sino que está limitada por la ley natural y por el bien común.
La autoridad viene dada por Dios al pueblo, y este es el que la delega en el gobernante, por lo que podría ser lícita la rebelión contra el tirano que no cumple.
La monarquía es, para Santo Tomás, la forma más perfecta, aunque admite alguna mezcla con elementos aristocráticos y democráticos.
Iglesia y Estado: Independencia y Colaboración
Como el fin de la Iglesia es sobrenatural, es más elevado que el del Estado. La Iglesia es una sociedad superior y, por tanto, el Estado no puede impedir, y sí facilitar, la consecución de su fin sobrenatural. Como en fe-razón, el Estado tiene su propia esfera, pero, de algún modo, debe estar supeditado a la Iglesia (se distancia del agustinismo político).