Teoría de la Alienación de Marx
Alienación Religiosa
Marx considera que la experiencia religiosa no es real y que Dios no existe, aunque cabe destacar que apenas se molesta en refutar los argumentos para demostrar la inexistencia de Dios. Concebía la religión como una forma de alienación en tres sentidos:
- Irrealidad: Al igual que Feuerbach, Marx considera que no es Dios quien ha creado al hombre, sino el hombre a Dios. Si la religión supone la existencia de un Dios infinito, eso se opone al mundo finito, incluyendo al hombre mismo.
- Evasión: Desvía al hombre del mundo humano, el único ámbito donde es posible la salvación y la felicidad. Al consolar al hombre sugiriéndole otro mundo, le resta capacidad, energía y determinación para cambiar las situaciones sociales, políticas y económicas que son las realmente culpables del sufrimiento. La religión es el “opio del pueblo” pues adormece el espíritu revolucionario.
- Dominación: La religión suele tomar partido por la clase dominante, perpetuando a esta en el poder y legitimando el estado de cosas existentes.
Marx consideraba necesaria la superación de la religión mediante la modificación de las condiciones económicas que han hecho posible su existencia: la desaparición del orden social. En la sociedad comunista no existirá la religión porque tampoco existirá la alienación.
Alienación Económica
La alienación económica es la principal forma de alienación, puesto que de ella dependen todas las demás. Se da en el trabajo y se refiere al hecho de que el trabajador sufre una expoliación de su trabajo, de su actividad y de sí mismo.
Marx concibe al hombre como un ser productivo y considera que la felicidad se alcanza mediante la acción. El problema es que el lugar en el que el hombre ha de realizarse, el ámbito de creatividad y de autorrealización (el trabajo), lo vive más como el lugar de sufrimiento y de limitación de sus facultades. Marx cree que la razón de esa esencial insatisfacción está en las sociedades de explotación. En éstas, el trabajador experimenta su propia actividad como algo ajeno que no le pertenece, la actividad como sufrimiento, la fuerza como debilidad y la creación como castración.
La alienación económica se manifiesta en las siguientes alienaciones particulares:
- Alienación de la actividad: En el proceso del trabajo, el hombre se enajena de sus propias facultades creadoras. El trabajo se vive como algo exterior y forzado. Dicho de otro modo, el que trabaja lo hace por dinero.
- Alienación del objeto: Los objetos producidos por el trabajador no le pertenecen; los vive como ajenos. El producto hecho por él no es suyo, sino del amo. En estos sistemas productivos, lo importante no es el bien del productor, sino la mercancía producida. Esta crítica conecta con la tesis kantiana relativa a la necesidad de tratar a las personas como fines finales y no como meros medios. A Marx le preocupó el hecho de que en esta sociedad el trabajo destruye la individualidad.
- Alienación social: La alienación económica da lugar a la existencia de dos clases sociales: la clase oprimida que produce las mercancías y la clase opresora que se apropia de ellas.
El Materialismo Histórico
Estructura Económica y Superestructura
Las bases económicas y los modos de posesión de los bienes materiales son los que se encuentran en la base de toda transformación social. Es lo que Marx denomina infraestructura o estructura económica. Es el factor fundamental del proceso histórico y consiste en la base material de la sociedad que determina la estructura social y el desarrollo y cambio social. Incluye las fuerzas productivas y las relaciones de producción. La infraestructura consistirá en la lucha de clases, en la que hay una clase dominante y otra dominada. Esta lucha de clases es el motor de la historia.
La infraestructura determinará la superestructura o ideología de la sociedad, la cual está constituida por aquellas ideas que tratan de ocultar la infraestructura reinterpretándola a fin de negar el conflicto y adulterar la realidad para beneficio de la clase dominante.
Consecuencias:
- La comprensión de la superestructura solo es posible comprendiendo la estructura y los cambios económicos que se producen.
- No es posible la independencia de la mente humana del mundo económico en que están inmersas esas personas.
Esto les lleva a afirmar que la historia de la filosofía no es la historia de unos pensadores libres que han escrito sus ideas y pensamientos, sino que dependen del momento económico en que se han producido y de la “lucha de clases” que vivió el filósofo en su tiempo.
En definitiva, se niega la libertad del individuo porque el motor del cambio no son las personas libres, sino lo material, la vida del hombre y los intereses económicos.
El materialismo histórico se incluye en las teorías llamadas de la “sospecha” porque los pensamientos de las personas no se determinan por su libertad, sino por las circunstancias económicas en que se produjeron.
La Revolución
Marx pensaba que el paso del capitalismo al socialismo, en oposición a los socialistas utópicos, requería una revolución, aunque no necesariamente abrupta.
El capital tiende a acumularse, de modo que el número de capitalistas disminuirá progresivamente y llegará un momento en que la necesidad de comprar trabajo exceda la oferta del mismo. Así, los salarios aumentarán, de manera que aumentará también el poder del proletariado; éste se irá uniendo y organizando hasta expropiar a los capitalistas. Aparece la abolición de la propiedad privada.
Se produce el fin de la alienación económica, la cual acaba con su origen (el sistema capitalista) y con su manifestación más ostentosa: la propiedad privada.
En un principio pensaba que dicha revolución se haría por parte del proletariado. Más tarde, matizó esta opinión porque le parecía que la clase proletaria no terminaba de tomar conciencia de su situación. En consecuencia, pensó que la revolución debería ser organizada por los comunistas, que eran la avanzadilla del proletariado. Debía darse un golpe de Estado y asumir el poder para instaurar una dictadura del proletariado.
Consideró que la revolución comenzaría en un país fuertemente industrializado en el que la explotación de los trabajadores por parte de los capitalistas fuera extrema. Defendió el carácter internacional de la misma.