1. LA PRIMACÍA DEL HOMBRE EN LA FILOSOFÍA MODERNA
– La filosofía moderna se caracteriza, en gran medida, por establecer al hombre como fundamento de la filosofía. Este hecho se percibe ya en Maquiavelo, porque Maquiavelo construye su filosofía política dejando al margen tanto la metafísica como la teología, y tomando como fundamento la naturaleza humana.
– Por eso, en la Edad Moderna, la filosofía es antropología, y no metafísica ni teología (como fue en la Edad Antigua y en la Edad Media, respectivamente).
– La crisis de la modernidad, en filosofía, se producirá cuando la propia filosofía cuestione la primacía del hombre, y esto sucederá después de la Ilustración, en el Siglo XIX y, sobre todo, en el Siglo XX.
– En Kant, el pensador moderno más representativo, se expresan la afirmación de la primacía del hombre y la consideración del mismo como fundamento.
2. LA CONCEPCIÓN KANTIANA DEL CONOCIMIENTO
2.1. El hombre como nuevo “sujeto” en la filosofía
– La posición relevante que el hombre tiene en Kant, se pone de manifiesto en el nuevo sentido que adquiere, dentro de su filosofía, la palabra “sujeto”: esta palabra designa al sujeto humano.
– En Aristóteles, esta palabra no designaba al sujeto humano, sino a la substancia, porque dentro de la realidad, subyace, tanto a las propiedades superficiales, como a los objetos a los que nuestra mente va dirigida; está por debajo de unas y otros, y posee la independencia de la que ambos carecen.
A) La inflexión ockhamiana
– En Ockham se produjo la inflexión que permitíó que la palabra “sujeto” cambiara de sentido.
– Ockham rechaza la noción metafísica griega de esencia, y defiende que el Universo está formado exclusivamente por individuos, a los que no subyace nada. Por tanto, según él, no existe ningún sujeto real: ya no hay substancia.
– Pero, aunque en el Universo no hay nada subyacente, en el lenguaje –producido por el entendimiento humano- sí lo hay: son los conceptos, que subyacen a los demás signos lingüísticos.
– Por tanto, los conceptos, dentro del lenguaje, son algo “subjetivo”; y nuestro entendimiento, que los produce, es el “sujeto”.
– El hombre, entonces, gracias a su entendimiento, se perfila como nuevo sujeto dentro del conocimiento, porque en su filosofía, la substancia desaparece, y es el hombre quien, con su entendimiento, empieza a perfilarse como nuevo sujeto.
B) La debilidad del sujeto humano en Ockham
– Pero, aunque el hombre, en Ockham, ya es sujeto, todavía está lejos de ser fundamento: el fundamento de Dios, no él.
– Al no ser fundamento, se trata de un sujeto débil. La prueba de su debilidad es que el conocimiento que él se proporciona, el conceptual o “abstractivo”, es constitutivamente inseguro, carente de garantía, porque el conocimiento conceptual siempre lleva consigo una dualidad: la dualidad formada por el concepto y la cosa concebida. El concepto es algo universal abstraído por el entendimiento humano, mientras que la cosa concebida es algo particular creado por la voluntad divina.
C) La fortaleza del sujeto humano en Kant: su posición como fundamento del conocimiento
a)- Kant defiende, por el contrario, que el hombre no sólo es sujeto, sino también fundamento. Por eso, es un sujeto fuerte, capaz de proporcionarse un conocimiento con garantía de validez.
– Este conocimiento seguro es el conocimiento científico. Para Kant, la ciencia no sólo es un conocimiento conceptual, y por ello universal, sino también un conocimiento basado en principios necesarios.
– Kant da por sentado que la ciencia es un hecho, y lo que hace es investigar las condiciones que lo hacen posible. Para ello, analiza nuestras facultades cognoscitivas.
b)- Este análisis le lleva a la conclusión de que el entendimiento humano, dentro de la formación del conocimiento, tiene un papel mucho mayor que el que Ockham le había atribuido.
– Según Ockham, el entendimiento humano, dentro del conocimiento, tiene el papel de producir el lenguaje; pero, en relación con el mundo, que es lo que se conoce por medio del lenguaje, el mismo no tiene ningún papel, ya que el mundo depende sólo de Dios.
– Para Kant, sin embargo, la cuestión no es tan sencilla, ya que tenemos que distinguir entre el mundo tal como Dios lo ha creado y el mundo tal como se ofrece a nuestra visión.
– Para distinguirlos, Kant utiliza dos términos: “objeto” y “cosa en sí”, el objeto es aquello que está frente al sujeto humano y puede ser conocido por él gracias a los conceptos que su entendimiento produce; la cosa en si, es la realidad tal como es en sí misma, que Dios ha creado y conoce, pero que para nosotros es incognoscible.
– Según Kant, el mundo que vemos es un mundo de meros objetos; y éstos, como tales, no son algo creado por Dios.
c)- Kant sostiene que los objetos, en vez de ser algo creado por Dios, son algo construido por el entendimiento humano.
– Con esto, el papel del entendimiento humano se amplía enormemente, porque el mismo ya no sólo produce los conceptos del lenguaje, sino que, además, construye los objetos del mundo. Por tanto, el lenguaje y el mundo pasan ahora a ser co-dependientes del entendimiento humano.
d)- La co-dependencia del lenguaje y el mundo con respecto al entendimiento humano es la razón de que el conocimiento conceptual sea seguro, porque como el mundo y el lenguaje dependen de lo mismo-de nuestro entendimiento-, entre los objetos del primero y los conceptos del segundo hay una unidad primaria; y esta unidad garantiza de antemano el acuerdo entre unos y otros. Los hombres, con los conceptos, establecemos verdades que los objetos no pueden contradecir porque contradecirlas sería romper esa unidad primaria. Estas verdades, dentro del conocimiento, tienen el status de principios necesarios.
– Así, Kant ve logrado su propósito de explicar el hecho de la ciencia. Ésta basa la seguridad de sus principios en la dependencia que los objetos tienen con respecto a nuestro entendimiento, los objetos del mundo no son, pues, ni el producto de una manifestación ideal, como decía Platón; ni el resultado de una actuación formal, como sosténía Aristóteles; ni el efecto de una voluntad omnipotente, como aseguraba Ockham.
e)- El sujeto humano queda colocado en una posición de fortaleza, porque pasa a ser el fundamento de los objetos y del conocimiento científico. Pero la contrapartida negativa de esta fortaleza es la incognoscibilidad de la cosa en sí, que significa la incapacidad del hombre para percibir la realidad tal como es.
– Tanto Platón como Ockham sosténían que, por encima de los conceptos, hay una visión; y que la filosofía, apoyándose en esta visión, puede hacer afirmaciones acerca de la realidad misma. Sin embargo, Kant defiende que estas afirmaciones no se pueden hacer. Lo único que se puede hacer es iluminar el mecanismo por el que nuestro entendimiento construye los objetos.
2.2. La construcción del objeto por el sujeto
– Dos cuestiones principales planteadas por la concepción kantiana:
. La primera: ¿ a partir de qué se construye el objeto? . Y la segunda: ¿cómo se construye?
- Las respuestas a ellas vienen dadas, para Kant, por el análisis de las dos facultades de conocimiento del hombre: la sensibilidad y el entendimiento.
A) El papel de la sensibilidad en el conocimiento
a)- Para Kant, la sensibilidad, se define como la capacidad que el hombre tiene de ser afectado por las cosas, recibiendo así las sensaciones que le proporcionan los sentidos.
– Kant llama intuición al hecho de recibir sensaciones por vía de la sensibilidad.
– Las sensaciones que la sensibilidad nos proporciona no son las cosas mismas, sino únicamente unos datos que constituyen las manifestaciones de ella.
b)- Las sensaciones tienen como carácterística la pluralidad, que esto significa que una sensación no es nunca un dato aislado. Y no es nunca un dato aislado porque necesita estar en relación con otros datos para poder tener lugar. Por esto, se establecen relaciones entre ellas.
– Las relaciones entre las sensaciones son de dos tipos:
. O bien son relacionadas de distancia y posición;
. O bien son relaciones de anterioridad o de simultaneidad.
– Kant, a partir de la observación de estos tipos de relaciones, llega a la conclusión de que cualquier sensación tiene lugar necesariamente bajo dos condiciones universales: el espacio y el tiempo, Kant llega a esta conclusión de que el espacio y el tiempo son las dos condiciones universales bajo las cuales tienen lugar necesariamente cualquier sensación; y, como son universales y necesarias, Kant dice que tienen, dentro de la intuición, un carácter de forma.
– El espacio y el tiempo, cono son universales y necesarios dentro de la intuición, tienen un carácter formal: son la forma de nuestra intuición, y no constituyen la manera de ser de las cosas, sino nuestra manera de ser afectados por ellas.
c)- Las sensaciones recibidas por vía de la sensibilidad bajo la forma del espacio y el tiempo son la materia a partir de la cual se construye el objeto.
B) El papel del entendimiento en el conocimiento
a)- Las sensaciones son una pluralidad. Pero construir el objeto implica pasar de esta pluralidad a una unidad. Para esto hace falta la intervención del entendimiento.
– El entendimiento es la facultad que se encarga de reunir o agrupar la pluralidad de los datos de sensación.
– Esta agrupación no es arbitraria, sino que se hace siguiendo una regla.
– Esta regla es el concepto, para Kant, los conceptos no son signos mentales de las cosas, y para Ockham son reglas para el agrupamiento de las sensaciones.
– Las sensaciones agrupadas según regla o concepto constituyen, para Kant, los objetos.
Ninguna sensación puede constituir un objeto si no hay una regla que determine su agrupación con otras.
b)- Entre todos los conceptos, hay unos a los que Kant denomina “categorías”, el concepto que los ejemplifica es la casualidad, se distinguen porque la casualidad es una categoría y como tal, es una regla que se cumple en todos los objetos.
2.3. La imposibilidad de la metafísica como ciencia
El análisis que hace Kant de nuestras facultades cognoscitivas le sirve para dilucidar si la metafísica puede ser una ciencia, la metafísica a la que Kant se refiere en su crítica no es la metafísica griega sino la metafísica moderna, que arranca de Descartes.
– La respuesta de Kant es negativa, porque de acuerdo con su teoría del conocimiento, para que algo pueda ser objeto de conocimiento científico, debe empezar por ser un fenómeno, o sea, por estar dado sensiblemente en el espacio y en el tiempo.
– Por tanto, la filosofía de Kant, en lo que respecta a la teoría del conocimiento, es una antropología cerrada a la metafísica. Sin embargo, dicha filosofía se abre a la metafísica a través de la ética.el concepto que los ejemplifica es la casualidad. Se distinguen xk la casualidad es una categoría y , como tal, es una regla que se cumple en todos los objetos
el concepto que los ejemplifica es la casualidad. Se distinguen xk la casualidad es una categoría y , como tal, es una regla que se cumple en todos los objetos