Teorías Contractualistas (Siglo XVII)
Estas teorías explican el origen de la sociedad y el Estado, justificando su existencia. Consideran al Estado como un pacto o contrato entre individuos libres e iguales para establecer un gobierno que organice la convivencia común. No se trata de una visión histórica, sino de una metáfora que explica por qué existe el Estado y por qué debe ser respetado.
Estado de naturaleza: Momento previo al contrato social que describe la vida en una sociedad sin organización política (sin ley, política ni orden social).
Hobbes
En el estado de naturaleza impera la ley del más fuerte (guerra de todos contra todos, el hombre es un lobo para el hombre) donde no se respetan ni se reconocen derechos. Mediante un pacto, todos ceden incondicional e irrevocablemente sus derechos a una persona, el soberano, quien garantiza la paz y el orden. El resultado es un Estado autoritario.
John Locke
En el estado de naturaleza se reconocen derechos naturales (vida, libertad, propiedad privada), pero no existen mecanismos para garantizarlos. El pacto implica ceder derechos a un grupo (gobernantes) de forma provisional y revocable (si el gobierno no cumple) para garantizar la vida, la libertad y la propiedad privada. El resultado es una democracia representativa.
Jean-Jacques Rousseau
En el estado de naturaleza, los individuos son libres, iguales y buenos, pero la sociedad los corrompe (dificultad para satisfacer las necesidades). El pacto implica que los individuos se asocian y ponen su voluntad al servicio de la voluntad general. El resultado es una democracia directa.
John Stuart Mill (Liberalismo político)
El Estado es un mal necesario (vivir en sociedad implica órdenes, prohibiciones y limitaciones). Busca la convivencia y la seguridad, pero no debe inmiscuirse en la libertad individual (ámbito personal propio: principio de indemnidad: solo para evitar el daño de una persona a otra).
Utopía
(No lugar) Lugar inexistente o imposible, un sueño imaginario. Un Estado perfecto y modélico que hace posible una existencia feliz porque en él reinan la paz y la justicia.
Utopía Platónica
En»La Repúblic», Platón describe un Estado justo con tres clases sociales (gobernantes, guardianes y productores), cada una con su función, derechos y deberes (dirección – sabiduría, defensa y protección – coraje, y abastecimiento – apetencia). El lugar social no lo determina el nacimiento, sino la capacidad, aptitud y educación. Lo ideal es la armonía entre las clases para el buen funcionamiento del Estado. Para evitar la corrupción, es fundamental evitar la propiedad privada y la familia, sobre todo en los gobernantes.
Utopías Renacentistas
En esta época resurgen las utopías (debido a las desigualdades) con una mayor confianza en la razón humana.
- Tomás Moro “Utopía”: La primera parte critica la sociedad de la época. La segunda describe una isla (no lugar) con una sociedad justa y feliz. Se da importancia a la organización política racional, se busca la igualdad económica y social, se abole la propiedad privada y se prioriza el interés común sobre el individual. Organización jerárquica (puestos y funciones según capacidad y mérito).
- Tommaso Campanella “La Ciudad del Sol”: Un marino llega a la isla Taprobana (Ciudad del Sol) donde la propiedad es comunitaria y se vive según la razón.
- Francis Bacon “La Nueva Atlántida”: Similar a las anteriores, pero incorpora el aprovechamiento de los avances científicos y técnicos.
Immanuel Kant “La Paz Perpetua”
Kant busca establecer un marco jurídico que declare la guerra ilegal. Simula un acuerdo de paz perpetua entre Estados.
Primera Parte:
- Desaparición de ejércitos.
- Prohibición de comprar o vender Estados.
- Prohibición de estratagemas deshonrosas en la guerra.
Segunda Parte:
- Constitución republicana (garantiza la libertad y la legislación común).
- Derecho de gentes (normas que regulan la relación entre naciones).
- Federación de Estados libres (con un legislador supremo).
- Derecho a la ciudadanía mundial (respeto a los derechos humanos y preocupación por el destino de todas las personas).
Para alcanzar la paz, también se necesitan las reflexiones filosóficas y la armonía moral y política.
Distopías
Descripción de una sociedad futura donde se exageran rasgos sobrevalorados de la civilización actual. Relatos futuristas, un mundo superficialmente más avanzado (comodidad y bienestar material), pero asfixiado por un Estado despótico y una tecnología deshumanizadora. Coincide con la utopía en que critica a una sociedad centrada en objetivos y valores superficiales (progreso técnico, crecimiento económico…) olvidando la libertad, la solidaridad y el ecologismo.
Un Mundo Feliz (Aldous Huxley)
Sociedad que usa la tecnología para garantizar la felicidad de sus miembros y la estabilidad del Estado. Moldea individuos (desean hacer lo que deben hacer) con sofisticados medios de manipulación (ingeniería genética). Se anula la libertad, la autonomía y la capacidad de decisión. Es una felicidad inconsciente e ingenua (Lema:»Comunidad, identidad, estabilida» ≠ Revolución Francesa»Libertad, igualdad, fraternida»).
1984 (George Orwell)
Caracterizada por la preeminencia del Estado sobre sus miembros (no con la felicidad artificial). Técnicas sofisticadas de control y opresión:
- Policía del Pensamiento (elimina cualquier oposición política).
- Propaganda masiva (retratos del líder absoluto y el eslogan»El Gran Hermano te vigil»).
- Televisión que emite programas y vigila a los televidentes.
- Ministerio de la Verdad (falsea la historia y elimina hechos que critiquen al poder).
Fahrenheit 451 (Ray Bradbury)
En esta sociedad, los bomberos queman libros (considerados peligrosos porque hacen pensar demasiado) para evitar que la gente cuestione al gobierno y mantener la producción.
Ideales utópicos actuales
Pacifismo, ecologismo, solidaridad, igualdad de derechos y oportunidades. La necesidad de la utopía es inherente al ser humano. Estos ideales se reflejan en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), heredera de la Carta de Derechos de Estados Unidos (1776) y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), inspiradas en ideales ilustrados de Rousseau y Montesquieu. Los derechos humanos son inherentes a la naturaleza humana, expresión de la dignidad de toda persona, y no pueden ser otorgados ni cancelados por ninguna institución o Estado.