Teorías de la Justicia, Origen de la Sociedad y el Estado: Un Análisis Filosófico

1. La Construcción de los Mínimos de Justicia

La idea de justicia

  1. Desde una perspectiva institucional, justicia se refiere al poder judicial de los estados una vez asumida la separación de poderes. Es el conjunto de órganos judiciales que velan por la administración de las leyes.
  2. En un punto de vista estrictamente jurídico, sería aquello que es conforme al derecho. Justo es lo que permite la ley e injusto lo que la transgrede. Se identifica con legalidad.
  3. Considerando la justicia en el sentido ético, se identifica con un valor moral o virtud aplicable a las personas para conseguir el bien.

Las teorías clásicas de la justicia

La justicia se identificaba con la armonía y en la época clásica se centra en el hombre que vive en la polis. Para los sofistas la justicia es la convención que depende de un lugar y un momento determinado. Platón hace de la justicia el valor más importante de la polis y consiste en que los ciudadanos hagan aquello para lo que estén dotados por naturaleza. Aristóteles define la justicia como obediencia a la ley y sinónimo de igualdad, y distingue entre justicia conmutativa y distributiva.

  • La justicia conmutativa: regula las relaciones y las transacciones entre los individuos, y la parte que corrige la injusticia es justicia correctiva. Esta justicia es intercambio.
  • La justicia distributiva: son los principios que regulan la distribución de los bienes que posee una comunidad. Esta justicia implica la acción de un tercero. Lo que es común a las dos justicias es la búsqueda de igualdad y la libertad.

Las teorías contemporáneas de la justicia

Para Stuart Mill los valores y normas morales tienen su fundamento en su utilidad social y dice que es útil aquello que proporciona felicidad. También considera que la justicia es una rama de la moral. Rawls, siguiendo la tradición de Aristóteles, sostiene que la justicia social o distributiva busca el respeto de los derechos y las libertades de todos los ciudadanos en un plano de igualdad política, si bien se aceptan la desigualdad económica y social siempre y cuando se protejan los intereses de los sectores más desfavorecidos. Walzer considera que la desigualdad existente procede de la dominación de los poderosos sobre los que no tienen poder y esto debe ser sustituido por la igualdad compleja.

2. Teorías sobre el Origen de la Sociedad

La condición social del ser humano es incuestionable. El problema consiste en determinar si el ser humano es necesariamente social. Las respuestas se agrupan en tres teorías:

Teorías naturalistas

Estas teorías defienden que la sociedad es anterior al individuo en el sentido de que aquella es condición necesaria para que la vida de la persona sea posible. Vivir en sociedad está en la naturaleza del ser humano, forma parte de su definición y, por tanto, de su esencia.

  1. En la Antigüedad:
    • Platón señala que el hombre no es autosuficiente, porque no puede procurarse a sí mismo los bienes materiales necesarios para la supervivencia, así como tampoco los bienes morales o espirituales propios de la naturaleza humana. Es preciso que se una con otros hombres y que cada uno aporte a la totalidad su trabajo en función de las cualidades naturales que posea.
    • Aristóteles expone que aunque genéticamente el individuo, la familia y la aldea son anteriores al Estado, no lo son naturalmente. Desde una concepción teleológica, solo la sociedad, entendida como la polis, puede proporcionar al ser humano su realización definitiva, su felicidad. Para Aristóteles, un hombre que no viva en sociedad no es un hombre, sino una fiera o un dios.
  2. En la Edad Media: La filosofía escolástica de Tomás de Aquino seguirá la tesis de Aristóteles. La sociedad es natural al hombre, que debe alcanzar en ella su plenitud siguiendo las pautas marcadas por la ley positiva, que dicta el Estado tomando como modelo la ley natural.
  3. En la Edad Moderna: pensadores como Hume critican la concepción racionalista que sitúa el origen de la sociedad en un contrato social. Esto es indemostrable. Los hombres han nacido para agruparse siguiendo un instinto o impulso natural guiado por el interés y la utilidad.

Teorías contractualistas clásicas

El contractualismo es una teoría filosófica según la cual la sociedad y el Estado deben su origen a un pacto o contrato social libremente establecido por los hombres. La sociedad es el resultado de un acuerdo entre individuos que renuncian a vivir en estado de naturaleza, perdiendo una parte o la totalidad de sus libertades para formar parte de una entidad artificial llamada Estado.

El esquema de las teorías contractualistas clásicas es el siguiente:

  1. El estado de naturaleza es el punto de partida: se trata de imaginar cómo sería el hombre en estado salvaje, sin organización política.
  2. El contrato social es un artificio necesario: como estas situaciones ideales de partida no son posibles, es necesario construir una sociedad civil artificial a partir de un contrato o acuerdo entre los individuos.
  3. El sistema político se funda en la legitimidad del contrato: las reglas del pacto social configuran el tipo de estado resultante.

Thomas Hobbes: el contrato de sumisión

  1. En estado natural, el hombre tiende a satisfacer sus propios deseos. Para conseguirlo, se vale de la razón, que le indica los medios para conseguir sus fines. Estos medios constituyen el poder, pero este no se obtiene sin conflicto. El estado natural del ser humano es el estado de guerra de todos contra todos. Esta situación es insostenible.
  2. El contrato obliga a todos los individuos, que ahora se convertirán en súbditos, a ceder todas las libertades a un ser que ostenta todo el poder, que es el soberano.
  3. Esta cesión irrevocable de todos los derechos a una sola instancia de poder da lugar al absolutismo político. Este es el origen del Estado.

John Locke: el contrato liberal

Los hombres son libres e iguales y están sometidos a la ley natural. La ley natural establece que la vida, la libertad y la propiedad son derechos inalienables y deben ser respetados. El contrato obliga a los individuos que libremente quieren firmarlo. Se renuncia a la capacidad de legislar y de castigar los delitos contra los derechos naturales de la paz y la propiedad. Los poderes ejecutivo y judicial los tiene el Estado. La cesión de derechos de los individuos conserva el derecho natural de la propiedad privada. El poder político lo ostenta un grupo de personas que gobernará en defensa de los derechos de los individuos. El sistema político resultante es el liberalismo.

Jean-Jacques Rousseau: el contrato social

El ser humano es absolutamente libre y conserva su propia vida satisfaciendo sus necesidades naturales. No necesita de los demás, no tiene deseo de hacer daño. Cada individuo cede voluntariamente todos sus derechos a la voluntad general; todos ceden lo mismo para que sea posible la libertad y la vida. El poder representa así la voluntad general de todos. Nadie cede más ni menos que nadie. La democracia es el sistema en el que todos los individuos participan igual.

El neocontractualismo de John Rawls

Trata de crear una sociedad justa. La justicia se convierte en el valor esencial de la vida social. Rawls subraya la importancia del consenso previo de los individuos a la hora de aceptar las normas. Los miembros de la sociedad aceptan esas normas y hay dos principios:

  1. Principio de igualdad: cada persona ha de tener un derecho igual al más amplio sistema total de libertades básicas, compatible con un sistema similar de libertades para todos.
  2. Principio de diferencia: las desigualdades económicas y sociales han de ser estructuradas para mayor beneficio de los menos aventajados, y unidos a que los cargos y las funciones sean asequibles para todos.

El neocontractualismo fue pensado por Rawls desde presupuestos ideológicos liberales para las democracias constitucionales modernas.

3. El Poder Político y el Estado

El poder político

La política es una actividad desarrollada por los miembros de una colectividad encaminada a decidir cómo ha de organizarse la convivencia. Tomar decisiones que sean de obligado cumplimiento para todos los individuos es imposible si no se tiene poder. De ahí que la política sea también una reflexión acerca del poder, su origen, su uso y su alcance. Michel Foucault trató de analizar cómo se constituye el poder, cuál es su genealogía. Para él, no existe un único poder en manos del Estado o de las clases privilegiadas. Está diseminado en múltiples manifestaciones de la vida cotidiana y sus agentes lo usan estratégicamente.

El poder es una relación de fuerzas, y toda relación social es una manifestación del poder. Pero el poder que nos interesa es otro. Se trata del poder que se utiliza para organizar la vida pública. Un poder que supone ejercer un control imperativo sobre la colectividad que ocupa un determinado territorio. Este es el poder político o institucionalizado, que en los estados democráticos debe estar legitimado mediante el consenso de los miembros de la comunidad política para aceptar la autoridad establecida. El poder político, como señaló Max Weber, es patrimonio exclusivo del Estado, que, por ello, ostenta legítimamente el uso de la fuerza para llevar a cabo sus funciones y objetivos.

El concepto de Estado

El Estado es la institución que ostenta el poder efectivo, absoluto y perpetuo que se tiene sobre la comunidad política. También es el concepto central de la ciencia política. Esta forma de organización político-jurídica surgió en Europa en el siglo XVI.

Cuando nos referimos al Estado pensamos en el Estado moderno, surgido en el Renacimiento, y que se caracteriza por:

  1. Ostentar el poder sobre un determinado territorio y sobre su población.
  2. Ejercer el monopolio de la coacción física para asegurar la consecución de los fines establecidos.
  3. Administrar la vida de los individuos mediante una compleja red de instituciones.

En definitiva, el Estado es el depositario de la soberanía, entendida tal y como la definieron sus primeros teóricos en el siglo XVI, los filósofos Jean Bodin y Maquiavelo.

Estado y gobierno

El Estado organiza la vida colectiva a través del gobierno. Este concepto polisémico puede entenderse como:

  1. Régimen político: es la forma general de organizarse un Estado.
  2. La acción concreta de elaboración y ejecución de las directrices políticas del Estado en un momento dado.
  3. Poder ejecutivo: es la institución política que encarna legítimamente la autoridad del Estado, y es el encargado de ejecutar las políticas generales y de hacer cumplir las leyes.

4. La Reflexión Filosófica sobre el Estado

Las propuestas de la antigüedad clásica: la finalidad ética del Estado

El primer filósofo que hizo un análisis sobre el Estado fue Platón. La República no expone qué es un Estado sino lo que debería ser. Un Estado ideal estaría gobernado por sabios porque solo ellos pueden hacer una polis justa. Aristóteles pensaba que el mejor gobierno es el que representa los intereses de las clases medias. Este, como Platón, busca un sentido ético al Estado. Su finalidad es crear una vida buena. Los dos proponen soluciones políticas aristocráticas.

La postura cristiana medieval: el Estado tutelado por la Iglesia

La Iglesia, además de ser un poder espiritual, es también un poder temporal político. Esto creará un conflicto que los filósofos deben resolver. En el siglo V, Agustín de Hipona justifica la preeminencia de la Iglesia sobre cualquier otra institución política. En el siglo XIII, Tomás de Aquino considera que el Estado es natural, pero no puede proporcionar al hombre el bien sobrenatural. Debe servir para conseguir el bien común de los ciudadanos, pero su soberanía debe estar limitada por la ley natural, creada por Dios. El Estado debe subordinarse a la Iglesia.

El Estado en la Modernidad: un Estado absoluto

Las aportaciones más importantes de la filosofía política moderna coincidieron en la idea de la necesidad de un Estado absoluto. En El Príncipe (Maquiavelo) se explican las cualidades que debe tener el gobernante para poder mantener el poder político. Para ello debe separarse la conveniencia política de la moralidad. La seguridad de los súbditos se consigue si el gobierno es fuerte. Bodin analiza al monarca como soberano; es el depositario de un poder inalienable, aunque está limitado por la ley de Dios, la ley natural y algunas normas justas. El Estado se identifica con la soberanía y el soberano es el rey. Hobbes defiende la necesidad de tener un Estado fuerte para preservar al individuo. Si no tuviera el poder absoluto el soberano, habría una anarquía por la lucha de todos contra todos.

El Estado liberal: la conquista de las libertades

Las revoluciones inglesa, norteamericana y francesa acabaron con el Antiguo Régimen y trajeron la conquista de la soberanía nacional, la división de poderes y el Estado de derecho. Estas ideas, y los derechos y libertades individuales, conforman el Estado liberal y crean constituciones. Algunas ideas fundamentales de los filósofos:

  1. Locke dice que es necesario que el poder esté repartido, teniendo el Estado la posibilidad de castigar a los que no cumplan las leyes para preservar la propiedad y la paz de los ciudadanos.
  2. Montesquieu quiere una división tripartita del poder: un poder legislativo, un poder ejecutivo y un poder judicial.
  3. Hegel dice que el Estado es muy importante para el individuo porque garantiza la libertad.
  4. El liberalismo económico de Adam Smith defendió la propiedad privada, la mínima intervención del Estado en la economía y el libre mercado.

La crítica al Estado liberal: socialismo y anarquismo

En el siglo XIX algunos querían sustituir el Estado liberal por uno socialista y otros querían destruir la organización estatal.

  1. Socialismo: defiende la libertad, igualdad y fraternidad de la Revolución Francesa.
    • Socialismo utópico: presenta soluciones anticapitalistas y antiindividualistas, con modelos de organización social igualitaria y de propiedad colectiva.
    • Socialismo marxista: una revolución social hará posible sustituir el Estado liberal burgués por uno socialista.
  2. Anarquismo: se opone a la propiedad privada por la desigualdad que genera entre los hombres y defiende la supresión del Estado como instancia de poder.

El Estado democrático

El Estado liberal democrático: la soberanía popular

Para Rousseau, el pacto social solo es aceptable si representa una voluntad general. El Estado posee el poder y este pertenece al pueblo (soberanía popular). La soberanía supone aceptar la igualdad política de todos los ciudadanos, así nació el Estado democrático como transformación del Estado liberal. Esta circunstancia explica que muchas organizaciones políticas reclamasen derechos políticos hasta la conquista del sufragio universal, que permitió votar a todos los ciudadanos sin excepciones.

El Estado social democrático

La última transformación se produjo tras la Segunda Guerra Mundial, que llevó a los gobiernos a plantearse la consideración no solo de los derechos individuales, sino también de los colectivos. El Estado asume algunas reivindicaciones del movimiento obrero (seguridad social, pensiones, sanidad…). Nace así el Estado de bienestar.

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