El Trascendentalismo de Kant
Kant logra conciliar las posturas empiristas y racionalistas. Para Kant, el conocimiento objetivo es el resultado de dos procesos de síntesis:
- Las formas a priori de la sensibilidad (espacio y tiempo), que dan lugar a los fenómenos.
- La actividad del entendimiento.
Sin sensaciones, ningún objeto nos sería perceptible, y sin entendimiento, ninguno sería pensado. Kant, de esta manera, distingue dos tipos de conocimiento:
- Sensibles: Recepción de datos sensoriales a través de sensaciones.
- Intelectuales: Captación del objeto mediante esquemas mentales.
Kant, en su Crítica de la razón pura, se pregunta: ¿Qué puedo conocer?, ¿qué debo hacer?, ¿qué me cabe esperar? En la introducción, establece que todo conocimiento surge de la experiencia, pero no todo se reduce a ella.
Estética Trascendental
Se analiza la sensibilidad, las leyes o capacidades con las que hemos nacido (espacio y tiempo, que son formas a priori).
Analítica Trascendental
Se analiza el entendimiento, las formas puras a priori que permiten pensar. Kant establece unos juicios y de ellos deduce las capacidades. Los tipos de juicio son: cantidad, cualidad, modalidad y relación.
Dialéctica Trascendental
Se analiza la razón.
La Metafísica de Platón: La Teoría de las Ideas
Frente a las concepciones relativistas y escépticas de los sofistas, surge la visión teórica de Platón, que admite la posibilidad de establecer la existencia de una realidad objetiva y universalmente válida, la cual se plasma en su teoría de las ideas. A pesar de que Platón estuviera influenciado por Parménides, Pitágoras, Sócrates y Anaxágoras, parece que se trata de una concepción original suya.
La teoría de las formas no se expone de golpe, sino que se va introduciendo poco a poco en los primeros diálogos, hasta admitirse plenamente en los diálogos de madurez. Sócrates había establecido los caracteres de la ciencia: un saber verdadero, inmutable, necesario y universal. La ciencia, como un saber de este género, tiene que tener un objeto adecuado y paralelo que le corresponda, es decir, debe ser ciencia de lo universal, inmutable y necesario. Ahora bien, las cosas de este mundo material y sensible son cambiantes, contingentes, singulares y concretas; en consecuencia, no pueden ser propiamente objeto de ciencia. Si hay ciencia, deben existir realidades auténticas, plenas, inmutables, necesarias y universales. A estas realidades las llama Platón ideas (Eidos).
La teoría de las ideas es la aceptación de unas realidades universales, inmutables y necesarias que participan, de algún modo, en la realidad sensible. Hay tantas ideas como cosas, como conceptos podemos tener. Hay ideas de géneros e ideas de especie. Y todas ellas forman un orden jerárquico (de menor a mayor):
- Aquellas que dicen una relación al mundo sensible y material, como son las ideas de reposo, movimiento, peso, etc.
- Las ideas matemáticas, que hacen referencia al mundo sensible.
- Las ideas puras, como la belleza, justicia, igualdad.
- La idea del Bien: la realidad suprema inteligible, que es la fuente del ser, del bien y la verdad, de la unidad e inteligibilidad de todas las demás ideas. Ordinariamente, se la llama idea del Bien o el Bien sin más; en algún diálogo se la llama el Ser; en algún otro, la llama el Uno. Pero todos estos nombres se implican, puesto que el sumo ser es al mismo tiempo unidad absoluta, verdad y bien. Las demás ideas son tanto más perfectas, cuanto más cerca estén de la idea de Bien.
Platón, en el Fedón, atribuye a las ideas tres determinaciones:
- Las ideas son los objetos específicos del conocimiento racional. Como objetos del conocimiento racional, las ideas reciben en Platón el nombre de entes o sustancias y se distinguen claramente de las cosas sensibles. Por primera vez, se formulan en el Fedón las principales críticas dirigidas contra los sofistas. En el Fedón se declara que la finalidad de la filosofía es apartar al alma de la investigación sensible. Su objetivo debe consistir en preparar al alma para que descubra el ser en sí y, de esta manera, proceda de la consideración de lo sensible y visible a la de lo inteligible e invisible.
- Las ideas son criterios o principios de juicio de las cosas naturales. Las ideas constituyen principios para juzgar las cosas. Por ejemplo: para juzgar si dos cosas son iguales no nos servimos de la idea de igualdad (lo mismo ocurre si lo aplicamos a otras ideas).
- Las ideas son las causas de las cosas. Las cosas del mundo sensible no tienen ser verdadero, en tanto que son lo que son en la medida que participan de las ideas. Así, si hay un objeto bello es porque la Belleza participa y está en él, y tanto más bello será, cuanto más participe de la idea de Belleza. En resumen, las ideas son el fundamento y raíz de toda verdad y de todo valor. Reflejadas en las cosas, les hacen ser a éstas lo que son; intuidas por la inteligencia, hacen conocer a ésta ese ser que a las cosas ha dado.