Teorías del Contrato Social
Contrato de Sumisión: Hobbes
Thomas Hobbes sostenía que los seres humanos en estado de naturaleza son seres egoístas y despiadados que buscan satisfacer sus propios intereses sin pensar en los demás. Esto lleva a una «guerra de todos contra todos», donde la vida es insoportable debido a los constantes peligros. La solución a este estado de guerra es la sociedad, pero para garantizar su estabilidad, se requiere un pacto social.
Hobbes propone un Estado absolutista donde los individuos ceden sus derechos y libertades a un monarca todopoderoso a cambio de seguridad y orden. El soberano tiene la autoridad para tomar decisiones y hacer cumplir las leyes, evitando así el caos del estado de naturaleza.
Contrato Liberal: Locke
John Locke, a diferencia de Hobbes, creía que en el estado de naturaleza los seres humanos se guían por la razón y descubren las leyes morales naturales. Estas leyes otorgan derechos inherentes como el derecho a la vida, la libertad y la propiedad. Sin embargo, la falta de una autoridad imparcial para resolver conflictos puede generar problemas.
El contrato social propuesto por Locke establece un Estado con el fin de proteger los derechos individuales. Los ciudadanos no ceden sus derechos, sino que delegan en el Estado la función de garantizar su cumplimiento. Locke también defiende el derecho a la rebelión si el Estado no cumple con su propósito.
Contrato Social: Rousseau
Jean-Jacques Rousseau argumentaba que el ser humano era originalmente un «buen salvaje» que vivía en armonía con la naturaleza. La sociedad, con la introducción de la propiedad privada y la desigualdad, corrompió al hombre.
Rousseau propone un contrato social basado en la voluntad general, donde los individuos se unen para alcanzar el bien común. A diferencia de Hobbes y Locke, no se trata de ceder derechos, sino de transformarse en ciudadanos que participan activamente en la formación de la sociedad. La voluntad general representa el interés colectivo y guía las decisiones del Estado.