1. Teorías Éticas
La ética, parte de la filosofía, reflexiona sobre lo que es moralmente bueno e intenta elaborar una moral universal, válida para todas las culturas. Esta búsqueda ha tenido su propia historia, con diferentes argumentos y conclusiones a lo largo del tiempo. Estas respuestas se denominan teorías éticas: las distintas explicaciones racionales sobre lo que se considera moralmente bueno.
Conocer las diversas teorías éticas nos ofrece argumentos racionales sobre qué puede ser lo mejor para el ser humano. A partir de estos, podemos intentar descubrir los más universalizables, que aporten valores y normas al proyecto ético de convivencia. Distinguimos entre éticas materiales y éticas formales.
1.1 Éticas Materiales
Afirman que existe un fin supremo que guía nuestro comportamiento moral y establecen una serie de normas para alcanzarlo. Existen éticas materiales materialistas, como el utilitarismo, y éticas materiales espiritualistas, como la cristiana. La mayoría de las teorías éticas pertenecen a este grupo, diferenciándose en cómo argumentan y razonan el fin supremo.
1.2 Éticas Formales
Afirman que lo que debe impulsar al ser humano a comportarse bien no es alcanzar un bien supremo, sino obrar desinteresadamente, guiado solo por lo que dicta la conciencia racional como deber de conducta. Este enfoque, propuesto por Kant, buscaba un criterio moral universal. Kant creía que la razón no podía definir qué conducía a la felicidad, ya que cada uno la entiende de forma distinta. Su criterio se centra en la forma y la intención de los actos.
2. Éticas Materiales (I)
2.1 Hedonismo
El hedonismo busca el disfrute como fin supremo. Sin embargo, plantea problemas: ¿Qué ocurre si mi disfrute perjudica a alguien? ¿Y si el placer me esclaviza? Los filósofos establecieron limitaciones a esta idea del bien.
2.2 Epicuro
Epicuro definió el bien como “un placer guiado por la razón”. El sabio, según él, obra bien y realiza un “cálculo prudente” para discernir los placeres más intensos y duraderos, minimizando las consecuencias dolorosas. No se trata solo de placeres materiales o sensuales, sino también de los racionales y espirituales.
2.3 Utilitarismo
El utilitarismo busca “la mayor felicidad para el mayor número de personas”, entendiendo la felicidad como “el placer y la ausencia de dolor”. Su carácter social lo diferencia del hedonismo: el placer para la mayoría. Una acción es moralmente mejor cuanto más beneficie a un mayor número de personas.
2.4 Ética Aristotélica
Todos buscamos la felicidad, pero su definición varía. Aristóteles, con su concepción teleológica de la naturaleza, argumenta que cada ser vivo tiene una meta: los animales, una vida instintiva y sensitiva; las personas, una vida racional. Actuar bien es actuar conforme a la meta propia de cada ser. Las acciones buenas conducen a la auténtica felicidad, de acuerdo con nuestra naturaleza racional. La auténtica felicidad consiste en vivir una vida guiada por la razón y la búsqueda de la verdad.
3. Éticas Materiales (II)
3.1 Ética Cristiana
La filosofía, y Santo Tomás de Aquino, definen el bien como seguir la ley natural, el orden divino. El criterio del bien se basa en la voluntad de Dios. La auténtica felicidad reside en la unión con Dios, y la conducta buena es la que nos lleva a ese encuentro.
3.2 Libertad
La felicidad puede entenderse como ser libre de las necesidades, ser feliz con lo que se tiene. Esto no implica conformismo, sino autodominio y voluntad. Dos escuelas representativas son:
3.2.1 Cinismo
Los cínicos promueven la vida en armonía con la naturaleza, alejados de las necesidades superfluas de la vida en sociedad. La persona sabia encuentra la felicidad en la vida sencilla, al margen de placeres y conveniencias.
3.2.2 Estoicismo
Los estoicos creen en el destino. El ser humano debe aceptarlo, sea bueno o malo. La felicidad se alcanza al comprender y aceptar el destino marcado por la naturaleza.