Thomas Hobbes: El Leviatán y la Seguridad Jurídica
A) El Derecho como Orden Real de Convivencia
Thomas Hobbes, figura clave del iusnaturalismo existencialista, se distingue por su enfoque pragmático. Su interés no radica en el contenido del Derecho Natural (DN), sino en su utilidad para la sociedad. Para Hobbes, la validez del Derecho prevalece sobre su justicia.
Su filosofía se basa en una visión negativa del ser humano, considerándolo naturalmente inclinado al mal y al conflicto. En el Estado de Naturaleza, el hombre es un lobo para el hombre, inmerso en una constante guerra de todos contra todos. Para escapar de esta situación, se hace necesario el Estado Civil, donde el hombre se somete a un poder superior: el Estado.
Hobbes concibe el Derecho como un orden real de convivencia, cuya función es regular la vida en sociedad y garantizar la paz. El valor del Derecho reside en su capacidad para sacar al hombre del Estado de Guerra y establecer un orden social.
A diferencia de otros iusnaturalistas, Hobbes no se centra en el contenido ideal del DN. Lo primordial es la utilidad del Derecho para ordenar la sociedad. El Derecho se convierte en una herramienta para la seguridad jurídica, entendida en dos vertientes:
- Seguridad en el Derecho: Conocer las normas y a qué atenerse.
- Seguridad por el Derecho: Contar con la protección del Derecho.
Sin embargo, el planteamiento de Hobbes presenta un desafío: el Derecho necesita un mínimo de contenido, no puede ser puramente abstracto. Esto implica atender, aunque sea mínimamente, al DN y las necesidades humanas.
B) Filosofía Política
La filosofía política de Hobbes se basa en su concepción antropológica pesimista. Identifica dos fuerzas humanas que impulsan la creación del Estado:
- Ansia de poder: El deseo de dominar a los demás.
- Miedo recíproco: El temor constante a la violencia y la guerra.
El Estado surge como una institución coactiva, nacida del miedo a la violencia, con el objetivo de reprimir la fuerza destructiva del hombre y evitar la guerra de todos contra todos. Hobbes describe al Estado como un «monstruo» al que se le ceden libertades a cambio de seguridad.
El único fin del Estado es proteger al individuo y garantizar su existencia. A cambio de esta protección, el individuo debe obediencia al Estado y al Derecho. El Estado, por tanto, tiene la autoridad para mandar y dirigir.
En este contexto, lo justo se define por lo que el Estado establece. La validez del Derecho se antepone a su justicia. Hobbes defiende la monarquía absoluta como la forma de gobierno más efectiva para evitar la división del poder y el retorno al Estado de Guerra.