Tomás de Aquino: Demostración de la Existencia de Dios en la Suma Teológica

Contexto de la Obra

Este fragmento pertenece a la Suma Teológica, obra cumbre de Tomás de Aquino, en la que realiza la segunda síntesis medieval. Esta síntesis consiste en integrar la filosofía aristotélica en un sistema teológico que incluye elementos agustinianos (y, por tanto, platónicos) con los dogmas cristianos. Las sumas teológicas constituyeron un género común en el siglo XIII; eran exposiciones completas y ordenadas de las distintas partes de la doctrina cristiana. La Suma Teológica de Tomás de Aquino es la que más difusión ha tenido.

Esta obra se divide en «cuestiones», cada una con un título temático. Cada cuestión se divide a su vez en un cierto número de «artículos» con la misma estructura:

  • Un título formulado en forma interrogativa que presenta dos posturas contrapuestas.
  • Las «objeciones», que son un conjunto de argumentos en contra de una de las posturas anteriores, en concreto de la del autor.
  • El giro «En cambio», que introduce una breve argumentación a favor de la postura que defiende el autor, basada en las Sagradas Escrituras, algún Padre de la Iglesia o en Aristóteles.
  • La «Solución», donde el autor expresa su postura respecto a la cuestión del artículo, combinando argumentos de fe y razón.
  • La respuesta, por orden, a cada una de las objeciones formuladas anteriormente.

La Cuestión de la Existencia de Dios

El fragmento propuesto pertenece a la Cuestión 2, titulada «Sobre la existencia de Dios». Esta cuestión se divide en tres artículos que preguntan sobre:

  1. La evidencia o no de Dios.
  2. La posibilidad o no de la demostración de su existencia.
  3. La existencia o no de Dios.

El texto que comentamos forma parte de la solución que Tomás de Aquino propone en el primero de los artículos. Siguiendo el método escolástico, Tomás de Aquino no aborda directamente la demostración de la existencia de Dios, sino que se enfrenta también a las cuestiones previas a la misma. La primera de ellas, a la que pertenece este texto, se plantea: «¿Es la existencia de Dios evidente?».

La respuesta tomista es que, si bien la existencia de Dios es evidente en sí misma (es decir, que la existencia como predicado no añade nada al sujeto Dios), para nosotros no lo es, ya que solo alcanzamos un conocimiento imperfecto y limitado de la esencia de Dios.

Crítica al Argumento Ontológico

Esta postura supone la crítica al «argumento ontológico» formulado por San Anselmo, que constituyó una de las pruebas clásicas de la existencia de Dios. Este argumento formula que todo aquel que comprende la definición del término Dios como el ser mayor que el cual no es posible pensar ningún otro, automáticamente tiene que admitir su existencia, no solo mental sino también real. Pensar que Dios solo existe en la mente nos conduciría a una contradicción, ya que sería posible pensar uno mayor que, además de existir en la mente, existiera en la realidad.

La crítica de Tomás de Aquino a esta prueba se centra en demostrar que, si bien la proposición «Dios existe» es evidente en sí misma, no lo es para nosotros, ya que desconocemos el sujeto de la proposición (Dios) debido a las condiciones a las que está sometido el conocimiento humano.

Conocimiento y Realidades Materiales

Frente a la tradición agustiniana, heredera de los planteamientos platónicos y neoplatónicos, para la que el objeto propio del conocimiento son las realidades inmateriales, Tomás de Aquino, basándose en la teoría aristotélica del conocimiento, establece que el punto de partida en el conocimiento son los sentidos. De ahí que el objeto adecuado de nuestro conocimiento sean las realidades materiales («los efectos» en el texto), es decir, partiendo de las percepciones sensibles. Este planteamiento permite diferenciar dos niveles de conocimiento:

  • Natural (verdades de razón).
  • Sobrenatural (verdades de fe, reveladas).

Fe y Razón

Estas ideas son las que están en la base del planteamiento del autor a propósito de las relaciones entre la fe y la razón. Fe y razón son ámbitos autónomos de conocimiento, si bien tienen una zona de confluencia: existe un conjunto de proposiciones que, aunque pertenecen a la Teología Sagrada, su verdad puede ser alcanzada y demostrada mediante el uso exclusivo de la razón. Estas proposiciones son los «preámbulos de la fe». Por otro lado, estarían los «artículos de fe», cuya verdad no puede ser demostrada por la razón y a cuya verdad solo podemos acceder por la revelación.

Demostración «A Posteriori»

La proposición «Dios existe» es un «preámbulo de fe», es decir, una verdad demostrable por la razón. Ahora bien, su demostración se hará partiendo de lo que nos es más cercano, más evidente, como dice el texto, «por los efectos», el mundo creado del cual Dios es causa. Este es el tipo de demostración que Tomás de Aquino propone en el segundo de los artículos de la cuestión que nos ocupa, al que llama «quia» (porque) y que es a posteriori. En el tercero de los artículos, Tomás de Aquino lleva a cabo la demostración de la existencia de Dios a través de sus famosas cinco vías o argumentos en las que, partiendo de un hecho de experiencia (el movimiento, la causa eficiente, lo contingente, la jerarquía de valores, el ordenamiento de las cosas), llegará a la afirmación de Dios.

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