El Ser Humano según Tomás de Aquino
Al abordar la naturaleza del hombre, Tomás de Aquino, siguiendo la teoría hilemórfica de Aristóteles, entendió que todo individuo humano es una unión sustancial de cuerpo y alma. Sin embargo, añadió que el alma humana es espiritual.
El alma humana, por tanto, tiene dos facetas: una como ser propio, subsistente, que se conserva tras la muerte, y otra como forma del cuerpo y acto primero de la vida humana. No obstante, cada hombre posee una sola alma, que asume todas las facetas y funciones vitales.
Las funciones intelectivas se realizan a través del entendimiento y la voluntad, que hacen posible la libertad, porque le proporcionan la capacidad de juzgar y decidir sobre sus actos.
Por ser espiritual, cada alma es individual en sí misma y comunica su individualidad al cuerpo. Es creada por Dios siempre que comienza a vivir un nuevo ser humano.
La Ética en el Pensamiento de Tomás de Aquino
Tomás de Aquino propuso una ética teleológica, en la que todo lo creado tiende a un fin o bien propio. Además, completó su análisis de la conducta humana con el concepto de ley.
Los Actos Humanos y el Fin Último
El hombre goza de libertad, es decir, es dueño de sus actos. El ser humano es el único animal que conoce los fines que persigue y decide encaminarse o no hacia ellos. La libertad significa que el ser humano puede querer o no dirigirse hacia el bien, pero lo que no puede es decidir lo que es bueno, ya que la perfección que le es propia está inserta en un modo de ser tal como ha sido creada por Dios.
Santo Tomás distinguió entre:
- Actos humanos: realizados con inteligencia y voluntad, como «salir a pasear».
- Actos del hombre: que no dependen de su libertad, como «la digestión».
Los actos humanos son objeto de estudio de la ética. Tomás distinguió entre:
- Fin último en cuanto a su objeto o contenido: que es Dios mismo.
- Fin último en cuanto a su posesión: que es la bienaventuranza o felicidad que está reservada para después de la muerte.
La Ley Eterna y la Ley Natural
Según Tomás, la ley es una ordenación de la razón dirigida al bien común de una comunidad y promulgada por una autoridad, sea esta humana o divina. Distinguió tres tipos de leyes:
- Ley eterna: se llama eterna porque la sabiduría divina es eterna.
- Ley natural: es la ley eterna referida al ser humano por su inteligencia y su voluntad. La razón humana posee la capacidad de juzgar si las acciones son conformes o no con la naturaleza humana.
- Ley positiva: es aquella que es promulgada por el ser humano o procede de una especial intervención de Dios en la historia, como la ley entregada a Moisés en el Sinaí.
Además, señaló preceptos de la ley natural. La ley natural se caracteriza por ser:
- Indeleble: los preceptos primeros no pueden ser borrados del corazón.
- Universal: sus preceptos más generales tienen validez para todos los hombres en todo tiempo y lugar.
- Inmutable: los mandatos comunes de la ley natural no pueden modificarse.
Las Virtudes
Las virtudes facilitan al ser humano alcanzar su fin último. El Aquinate concibió la virtud como un hábito operativo bueno que perfecciona al sujeto que lo posee y su acción. Tomás distinguió entre:
- Virtudes intelectuales: son aquellas que facilitan el entendimiento teórico o práctico.
- Virtudes morales: son las que mueven al ser humano a la excelencia. Consideró virtudes fundamentales la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza.
Definición de las virtudes morales fundamentales:
- Prudencia: permite la aplicación de los principios generales de la razón práctica a la situación concreta, de manera que se elija la acción recta.
- Justicia: se asienta en la voluntad y tiene por objeto promover el bien no solo del individuo, sino del prójimo y la sociedad.
- Fortaleza: subordina el apetito irascible a la razón.
- Templanza: introduce el orden de la razón en lo placentero.
La Política en la Filosofía de Tomás de Aquino
Tomás recoge gran parte del pensamiento de Aristóteles, como la afirmación de la naturaleza social del hombre y la necesidad de un gobierno que dirija la actividad de los ciudadanos hacia el bien común. El fin del Estado es procurar que la vida de los ciudadanos sea buena para que puedan alcanzar la felicidad. También meditó sobre las relaciones entre la Iglesia y el Estado.
El Estado debe gozar de completa autonomía en el fin natural, pero ha de subordinarse a la Iglesia en aquellos asuntos relacionados con el fin sobrenatural de este.
Principios fundamentales de la política según Tomás de Aquino:
- El fin propio del Estado es el bien común de los ciudadanos.
- El Estado debe regularse por la ley positiva y defenderla (los gobernantes están sometidos a la ley de Dios expresada en la ley natural).
La autoridad de los gobernantes proviene de Dios a través del pueblo, pero si abusan del poder se convierten en tiranos y existe el derecho a deponer al tirano si hay garantías de que no se producirán males mayores.
En cuanto a las formas de gobierno, recogió la división aristotélica que distinguía:
- Tres formas buenas (respetuosas de la ley): monarquía, aristocracia y república.
- Tres formas malas: oligarquía, democracia demagógica y tiranía.