Tomás de Aquino y Aristóteles: Dos Visiones Filosóficas sobre Dios, el Ser Humano, la Ética y la Política

Tomás de Aquino

Tomás de Aquino, filósofo cristiano de la Edad Media, perteneciente a la Escolástica, nació en Nápoles. Estudió adaptando el aristotelismo y se convirtió en «maestro de la teología». Sus obras más importantes son la Suma contra los gentiles y la Suma teológica. Vivió en una época de grandes transformaciones culturales y eclesiásticas de la Baja Edad Media.

La Existencia de Dios

En este problema, ofrece una demostración racional de la existencia de Dios. A la afirmación de que «Dios existe» se puede llegar por la Fe y por la Razón. Tomás considera que esta demostración es necesaria, porque la existencia de Dios no es evidente para nosotros, y posible, porque el ser humano, apoyándose en las cosas sensibles, puede encontrar un apoyo para demostrar la existencia de Dios. La falta de evidencia de Dios llevó a Tomás a desarrollar unos caminos que llevan a Dios: son las cinco vías tomistas. Estas vías son argumentos que parten del mundo físico, los cuales requieren una explicación. Las cinco presentan la misma estructura:

  1. Punto de partida: un dato de experiencia, un rasgo que se puede observar en las cosas y que es distinto para cada vía.
  2. Aplicación de un principio metafísico: Santo Tomás introduce un principio de naturaleza metafísica a partir del cual desarrolla la prueba. Ejemplo: todo lo que se mueve se mueve por otro.
  3. Imposibilidad de series hasta el infinito. Esta parte de la estructura no la tienen la cuarta y quinta vía.
  4. Término, punto de llegada: las vías concluyen en la afirmación de la existencia de Dios y en cada caso atribuyéndole un rasgo.

Las cinco vías tomistas para llegar a demostrar que Dios existe son las siguientes: vía del movimiento, vía de la causalidad eficiente, vía de la contingencia, vía de los grados de perfección y vía de la finalidad. La vía del movimiento es de influencia aristotélica, va desde el movimiento que observamos en el mundo hasta el motor inmóvil, que es Dios. Santo Tomás sigue a Aristóteles en la idea del primer motor, pero mientras Aristóteles lo ve como un principio impersonal, Tomás lo identifica con Dios. La vía de los grados de perfección es de influencia platónica, parte de la mayor o menor perfección que observamos en los seres hasta el ser perfecto, que es Dios. Una vez demostrada su existencia, Dios puede ser también conocido por la razón humana, aunque de un modo imperfecto, puesto que es infinito y las inteligencias humanas finitas. Sin embargo, es posible obtener comprensión de la naturaleza de Dios a través de dos procedimientos:

  • El proceso de la negación, excluyendo de Dios todo aquello que sea incompatible con el ser perfecto.
  • El proceso de la atribución, atribuyendo a Dios todas las perfecciones a través de nuestro conocimiento natural.

Dios es sumamente bueno, único, inteligente, omnisciente, libre, todopoderoso… En conclusión, para el filósofo cristiano, Dios creó el mundo, por tanto, lo conoce a la vez que se conoce a sí mismo. Así, Santo Tomás puede mantener la doctrina aristotélica de que la actividad de Dios consiste en conocerse a sí mismo.

El Ser Humano

Su concepción del ser humano es coherente con su convencimiento de que no hay contradicción entre Fe y Razón. Sus principios fundamentales son:

  • Unión de alma y cuerpo: El ser humano es un compuesto sustancial de alma y cuerpo, y ambos interactúan de modo inseparable. El cuerpo forma parte de la esencia humana y es elemento indispensable. Admite la concepción hilemórfica del ser humano que proponía Aristóteles. Tomás de Aquino afirma que el ser humano crea una única sustancia cuyos principios constitutivos son el alma y el cuerpo.
  • Unicidad del alma: Tomás acepta la definición aristotélica del alma como principio de vida y como forma y acto del cuerpo. Siendo única, tiene cinco potencias específicas: vegetativa, sensitiva, apetitiva, motriz e intelectiva.
  • Origen y subsistencia del alma: Tomás se aleja de Aristóteles y se vuelve a Platón, intentando una difícil síntesis de platonismo y aristotelismo. Aunque el alma está unida sustancialmente al cuerpo, no se origina del mismo modo. No se hereda ni se transmite, sino que es creada por Dios singularmente en cada ser humano.
  • Conciencia e inmortalidad: El alma se manifiesta como conciencia, es decir, por ella nos reconocemos como la misma persona a pesar de los cambios que experimenta nuestro propio ser a lo largo de la vida.

En conclusión, el ser humano alcanza su plenitud y felicidad verdadera cuando orienta su vida hacia Dios, su fin último.

La Ética

Tomás propuso una ética teleológica. En esa teoría incorpora conceptos de la ética aristotélica, como el de fin último o el de felicidad, pero considera que en esta vida la felicidad perfecta no se puede conseguir, solo en una vida futura podremos llegar a la felicidad perfecta, que consiste en la contemplación de Dios. Juntamente con la doctrina del fin último, Tomás recoge la idea de que las normas morales se basan en la naturaleza humana, es el punto de partida para la formulación de la ley moral. Del análisis de la naturaleza humana, el autor extrae el concepto de ley natural que posee ciertas tendencias que derivan de su naturaleza. La palabra «tendencia» es una línea de conducta orientada a un fin específico. La naturaleza humana posee ciertas tendencias. Tiene un primer principio, consiste en que «el bien ha de hacerse y buscarse; el mal ha de evitarse». Ese principio se concreta en tres normas:

  • En cuanto que somos sustancia tendemos a conservar la existencia.
  • Como somos animales tendemos a procrear.
  • Como somos racionales y sociales tendemos a buscar la verdad y vivir en sociedad.

Puesto que la ley moral natural se deduce a partir de las tendencias de la naturaleza misma, su contenido ha de ser evidente porque tenemos que poder conocerla, porque no cambia a lo largo del tiempo. La ley natural pone a Dios como causa creadora del universo. Esta ordenación de la naturaleza recibe el nombre de ley eterna. Así pues, la ley natural tiene su origen en la ley eterna. Además de estas dos leyes aparece lo que se conoce como ley positiva, que hace referencia a las leyes concretas y particulares de los estados. Esta ley positiva, que varía según las épocas y los lugares, jamás puede ir en contra de la ley natural porque si lo hiciera, también estaría en contra de la ley eterna, es decir, en contra del propio Dios. La ley positiva siempre debe seguir los preceptos de la ley natural y ser coherente con ella. En conclusión, el ser humano puede distinguir el bien del mal gracias a la ley natural, inscrita en su naturaleza por Dios. Esta ley guía a la persona hacia su perfección: la unión con Dios.

La Política

Inspirado en Aristóteles, establece que el ser humano es sociable por naturaleza y que sólo en sociedad alcanza a desarrollarse plenamente como ser humano. Tomás también coincide con Aristóteles en su análisis de las formas de gobierno y en su preferencia por la monarquía y la aristocracia. Pero Tomás debe añadir que, dado que la felicidad del ser humano está en la contemplación de Dios en la otra vida, el Estado debe sujetarse a la Iglesia y permitir todo aquello que conduzca al ser humano hasta Dios y prohibir todo lo que le aleje de Dios. Para ello el buen gobierno, que busca el bien común, dicta la Ley Positiva. La Ley Positiva es el conjunto de leyes con las que los hombres representan las leyes concretas de cada estado o sociedad. Estas leyes no son universales, ni inmutables, son particulares y cambian con el tiempo. Para el autor, las leyes positivas deben basarse en la Ley Natural, que es un conjunto de principios inscritos en la naturaleza humana por Dios y no puede nunca entrar en contradicción con la Ley Natural porque si no también irían en contra de Dios. En conclusión, la política debe basarse en la religión, las leyes positivas deben subordinarse a la ley natural que, a su vez, deriva de la ley eterna. Si eso no fuera así, las leyes de cada sociedad irían en contra de Dios.

Aristóteles

Aristóteles, filósofo de la Edad Antigua, discípulo y crítico de Platón. Nació en Estagira y fue profesor de Alejandro Magno. Fundó el Liceo (gimnasio, laboratorios…) estaba interesado en la naturaleza. Sus obras son «Política», «Metafísica» y «Ética a Nicómaco».

La Ética

Aristóteles escribió varias obras sobre esta rama, siendo la fundamental su Ética a Nicómaco, cuyo tema principal es la felicidad. Aristóteles afirma que todos los hombres quieren ser felices, considerando la felicidad como el Bien Supremo. El problema reside en dar contenido a la palabra felicidad o eudaimonía, todos deseamos la eudaimonía. En su primer análisis establece dos características: no puede ser medio para un fin y no puede ser dependiente. Según Aristóteles, debería ser «aquello que por sí solo hace la vida deseable y no necesita ninguna otra cosa». Seguidamente, Aristóteles rechaza opiniones de su época acerca de la felicidad. Dice que no puede residir en los honores, riqueza o el placer, porque no cumple las características anteriores, por ejemplo, el placer depende de la actividad, pero hay que buscar algo propio del ser humano, algo a lo que nadie renunciaría. El autor pensaba que hay una actividad propia del ser humano (ergón). En este «ergón» reside la actividad racional, diríamos que la felicidad equivale a la vida teórica (theos-dios). Aristóteles comprende que esta vida sería más que humana, sería propio de los dioses, ya que los humanos tenemos cuerpo y además vivimos con otros, esto resulta fundamental para la felicidad, entonces se plantea ¿cómo relacionarnos con los demás para ser felices? Para ello, resulta fundamental la virtud (areté), sacar lo mejor de uno mismo, huir de la mediocridad. Un punto de equilibrio entre dos extremos. El areté reside en el término medio de las relaciones que establecemos con los demás, por ejemplo, entre la cobardía y la temeridad estaría la valentía que es el término medio. Hoy en día lo conocemos como inteligencia emocional. Por otra parte, realizando acciones buenas, formamos un hábito y así configuramos nuestro carácter. Aristóteles decía una única acción justa, no nos convierte justos, igual que un solo día de soleado, no constituye un verano. Como conclusión y contestando la pregunta ¿Qué es la felicidad?, podemos indicar que la felicidad no reside en un único bien sino un conjunto. No podemos renunciar aquello que nos diferencia de los animales, es decir, la vida teórica. Por otra parte, necesitamos unos bienes básicos y finalmente como somos sociales debemos intentar ser excelentes en nuestras relaciones con los demás, lo cual lograríamos practicando la virtud.

La Política

Aristóteles también habló sobre la política, pero muy distinto de su maestro. Para él no será tan importante la configuración de un Estado ideal, sino reflexionar sobre los regímenes políticos que ya existen. El hombre se define como un ser social o animal político, es decir, que vivimos con otros no por capricho, sino porque somos sociales por naturaleza. Fuera de la ciudad, como afirma Aristóteles, solo estarán los dioses que son autosuficientes y las bestias que no tienen logos. A pesar de lo anterior, confirmamos que otros animales también viven en comunidades, por ejemplo, las abejas ¿entonces qué nos diferencia de esos seres? Según Aristóteles solo el hombre posee la palabra (logos), es decir, la razón, el lenguaje ¿y por qué tenemos esas características? La respuesta se relaciona con el teologismo Aristotélico (causa final). Todo tiene un propósito. Gracias al logos, el ser humano puede reflexionar sobre lo bueno y lo malo antes de actuar (conciencia moral). Mediante esta reflexión llega a acuerdos sobre lo que considera bueno o malo, las cuales serán plasmadas en leyes y recogidas en una constitución. A diferencia de los seres humanos, los animales solo poseen phoné o voz. Esta solamente les permite responder de forma inmediata a sensaciones de dolor o placer. El ser humano estaría agrupado en distintas unidades sociales:

  • La familia es la unidad social básica. Su fin es la procreación.
  • La aldea es la agrupación de varias familias. Su fin es la subsistencia.
  • La polis es la agrupación de varias aldeas cuyo fin es el telos superior que reside la felicidad.

Así pues aquellos hombres que no se interesan por los asuntos de la polis son denominados «idiotés» solo se interesan por sí mismos. Para concluir, Aristóteles propone una jerarquía en los regímenes políticos.

La Cuestión de Dios

El problema de Dios en Aristóteles se plantea a partir de la cosmología (orden del universo). El filósofo distingue seres que tienen en la capacidad de cambiar o moverse por sí mismos y los seres inertes que solo pueden moverse si son movidos por otros. Los primeros son llamados seres naturales que poseen un principio intrínseco de movimiento. Ese principio se denomina por naturaleza y gracias a él los seres pueden cambiar por sí mismos. Los seres artificiales no poseen ese principio, necesitan otros para cambiar. Esto nos llevará al problema del Primer Motor o Dios, es una potencia porque no cambia. El universo se entiende como una sucesión de esferas que están en contacto unas con otras, pero ¿cómo se mueven? Se mueven unas a otras, pero ¿quién mueve la primera esfera? Para explicar este movimiento Aristóteles recurre a la existencia de un ser ajeno al Universo (motor inmóvil). Aristóteles afirma que ese motor provoca el movimiento del universo y lo mueve por la atracción erótica o amorosa. Las características de este primer motor son: acto puro, forma pura, su única actividad consiste en pensarse a sí mismo y no conoce el mundo, ni ha creado el mundo, pero todo cosmos tiende hacia él, por tanto, mueve como la causa final. En conclusión, se puede relacionar con Santo Tomás que, es inspirado por esta idea, pero lo adapta el cristianismo diciendo que Dios es el primer motor que hace mover a todo el mundo.

El Ser Humano

Todos los seres vivos tienen un alma entendida, no como algo inmaterial, sino como principio de vida. Aplicando la teoría hilemórfica (materia-forma) al ser humano. Destacamos que la materia se corresponde con el cuerpo y la forma con el alma. Ambos no pueden existir por separado forman una unidad sustancial (monismo). A diferencia de Platón, Aristóteles propone un monismo antropológico, según el cual el ser humano consiste en una única sustancia formada por un cuerpo material y el alma que crea un principio de vida. Cada ser desarrolla unas actividades que le caracterizan. Aristóteles considera que existen tres tipos de organización de los seres que los lleva a realizar unas actividades.

  • Alma vegetativa: es la forma inferior de organizar vital, gracias a ella los seres ejercen las tres funciones vitales.
  • Alma sensitiva: es la que diferencian los animales de las plantas, su capacidad locomotriz y su mayor precisión sensorial.
  • Alma racional: propia de los humanos, de carácter racional, lo que nos diferencia del resto de los animales. Gracias a ella tenemos logos.

En conclusión, esta división del alma, según el autor, constituye una división de los tipos de seres y de las funciones que realizan.

La Realidad

El primer libro de la Metafísica de Aristóteles se abrió con la siguiente afirmación «Todos los hombres desean por naturaleza saber». La filosofía de Aristóteles supone un intento de entender y dar sentido al mundo. Lo primero que hace es una crítica Platón. Lo crítica fundamentalmente en la separación en dos mundos diferentes. Aristóteles no acepta que la esencia de los seres esté separada de ellos y tampoco acepta de Platón que la ciencia esté en otro mundo, por lo que para Aristóteles no existen dos mundos, para él no existe un dualismo, por lo que la esencia deja de ser trascendental para el Aristóteles es inmanente (interna los seres). Este mundo Aristóteles lo intenta explicar a partir de algunos conceptos y teorías:

  • Teoría hilemórfica: Esta teoría dice que los seres están compuestos de materia de forma. La materia es aquello de lo que están constituidos los seres y la forma como esencia que hace que cada ser cumpla unas determinadas funciones, nos hace entender lo que es. Con esa teoría ponemos elementos universales en los individuos sin necesidad de suponer un mundo de las ideas. Propone que todas las mesas comparten un elemento universal – forma- que permite explicar su realidad. La forma tiene prioridad sobre la materia porque a partir de ella podemos entender lo que los seres son.
  • El cambio del ser: Observando la naturaleza, diferencia entre ser naturales y artificiales. Los seres naturales tienen la capacidad de cambiar por sí mismos, ya que poseen un principio interno llamado naturaleza. Los seres no naturales no poseen dicho principio, por lo tanto, no pueden cambiar por sí mismos. Entonces Aristóteles propone dos conceptos nuevos para explicar el problema del movimiento: la potencia que es la capacidad de llegar a ser algo y el acto es la actualidad de la potencia como tal.
  • Teoría de las causas: esta teoría analiza los elementos que intervienen en cualquier cambio. Aristóteles propone cuatro causas: causa material es aquello de lo que algo está hecho. Causa formal es la forma que se adquiere en el cambio. Causa eficiente responde en cierto modo a quien o qué realiza eso que existe. Causa final es el propósito que posee dicho cambio, todo lo que se hace persigue un fin. En los seres naturales ese fin pertenece a su naturaleza y en los seres artificiales viene de fuera de ellos mismos.

En conclusión, todos los seres tienen un propósito, un fin o telos que cumplir. Esto es lo que conocemos como teología.

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