Tomás de Aquino y Guillermo de Ockham: Dos Visiones Filosóficas Medievales

Santo Tomás de Aquino (1225) y Guillermo de Ockham (1298) representan, respectivamente, el auge y la crítica de la filosofía escolástica medieval. Santo Tomás, dominico, buscó la síntesis entre el aristotelismo y el cristianismo, mientras que Ockham, franciscano, se enfocó en la separación entre fe y razón.

Objetivos Filosóficos

El objetivo principal de Santo Tomás era armonizar la filosofía de Aristóteles con la doctrina cristiana, afirmando la existencia de Dios, la creación del mundo y la inmortalidad del alma. Por otro lado, Ockham criticó la escolástica, separando radicalmente la fe de la razón y enfatizando la superioridad de la teología sobre la filosofía.

Relaciones entre Fe y Razón

Uno de los temas centrales de la Edad Media fue la relación entre fe y razón. Santo Tomás consideraba que la teología, basada en la revelación divina, era la ciencia suprema. Sin embargo, sostenía que la fe y la razón no debían confundirse ni separarse, sino complementarse. La razón, según Tomás, podía fortalecer los principios revelados por la fe. Ambas partían de diferentes fuentes: la razón, de la experiencia (método inductivo), y la fe, de la revelación. En caso de conflicto, se debía a un error en el razonamiento o en la interpretación de la fe. Tomás defendía la existencia de verdades absolutas accesibles tanto por la fe como por la razón, como la existencia de Dios y la inmortalidad del alma.

Ockham, en contraste, argumentaba que Santo Tomás había intentado, sin éxito, encontrar elementos racionales en la fe y elementos salvíficos en la razón. Ockham separó radicalmente ambos dominios, preservando la superioridad divina. Para él, los artículos de fe eran indemostrables e incluso improbables, y podían parecer falsos a quienes se basaban únicamente en la razón. Esta separación radical fue una novedad en el cristianismo.

Demostración de la Existencia de Dios

Ambos autores partían de la existencia de Dios, pero con enfoques distintos. Santo Tomás cuestionó si la existencia de Dios era evidente. Concluyó que, si bien era evidente en sí misma, no lo era para los humanos, por lo que requería demostración. Rechazó la demostración a priori de San Anselmo (que partía de la idea de Dios) y optó por una demostración a posteriori, partiendo de los efectos observables para llegar a la causa (Dios). Desarrolló cinco vías para demostrar la existencia de Dios:

  1. Vía del movimiento: Todo lo que se mueve es movido por otro; debe existir un primer motor inmóvil (Dios).
  2. Vía de la causalidad eficiente: Toda causa es causada por otra; debe existir una primera causa incausada (Dios).
  3. Vía de la contingencia: Los seres contingentes existen gracias a un ser necesario (Dios).
  4. Vía de los grados de perfección: Los diferentes grados de perfección en el mundo implican la existencia de un ser sumamente perfecto (Dios).
  5. Vía de la finalidad o el orden del mundo: El orden y la finalidad observados en el universo requieren una inteligencia ordenadora (Dios).

Estas vías comparten un esquema común: parten de un hecho de la experiencia, aplican el principio de causalidad, niegan la posibilidad de una cadena infinita de causas y concluyen en Dios como causa primera.

Ockham, por su parte, partía de la omnipotencia de Dios. Argumentaba que la existencia de ideas racionales que ordenaran el mundo limitaría la libertad divina. Su filosofía, conocida como «Navaja de Ockham» o principio de economía, consistía en no multiplicar los entes sin necesidad, admitiendo solo lo mínimo necesario para explicar la realidad. Para Ockham, el mundo estaba fragmentado e inestable, sometido a la voluntad de Dios. La razón, incapaz de demostrar la existencia de Dios, quedaba limitada a producir argumentos probables. Ockham adoptó una postura escéptica respecto al acceso racional a la realidad.

Ockham enfatizó la primacía del individuo y de la experiencia intuitiva, que informa de la existencia o no existencia de las cosas. Negó la existencia de ideas o conceptos universales como mediadores del conocimiento (nominalismo). Criticó la filosofía escolástica, negando la relación causal y las pruebas de la existencia de Dios de Santo Tomás, considerándolas carentes de poder demostrativo.

Pensamiento Político

Santo Tomás, influenciado por Aristóteles, aceptó la sociabilidad natural del ser humano. Propuso una monarquía con elementos aristocráticos y democráticos, reflejando la estructura de la Iglesia. Para él, el fin de la ciudad era «ordenar aquellas cosas que conducen a la felicidad celestial», subordinando el Estado a la Iglesia, aunque con cierta independencia en el ámbito del «bien común». Las leyes estatales debían estar en consonancia con la ley natural, y cualquier ley contraria a esta podía ser desobedecida.

Ockham, considerado un pensador político moderno en un mundo medieval, separó el poder espiritual del temporal, iniciando las teorías del contractualismo. Defendió la independencia de la política respecto a la religión, dando al individuo la capacidad de decidir sobre sus instituciones y creencias. Fue condenado por hereje, pero sus ideas sentaron las bases para el reconocimiento de los derechos individuales.

Ockham rompió radicalmente con la Iglesia, negando la infalibilidad del Papa. Su visión política se basaba en cuatro elementos:

  1. La concepción teológica: la imposibilidad de conocer a Dios por la razón.
  2. La separación entre fe y razón: dominios distintos e independientes.
  3. La ausencia de una causa final que dirija al Estado hacia lo sobrenatural.
  4. La ética fundamentada en el libre albedrío.

Según Ockham, el Papa no debía intervenir en asuntos civiles, que correspondían a reyes y jueces. Los individuos tenían el derecho natural de decidir sobre sus acciones y gobernantes.

Juan de París, discípulo de Santo Tomás, y Marsilio de Padua, influenciado por Aristóteles, también aportaron ideas precursoras de la democracia, enfatizando la soberanía popular y la elección de los gobernantes por parte del pueblo.

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