El Vitalismo
La occidental cree que ha generado, gracias al correcto uso De la razón, el más grande progreso que La humanidad jamás conocíó. Para conseguirlo fue necesario sustituir el saber Narrativo por la lógica y la explicación y así poder acceder a la Verdad, a la Justicia, al Bien universal. Pero este conocimiento chocaba frontalmente con Aquello que la convivencia histórica, la finitud de la vida y los datos de los Sentidos nos ofrecían: todo fluye, todo cambia, nada permanece. La vida se Convierte en el criterio para valorar las acciones humanas. Por eso podemos Calificar la teoría de Nietzsche como vitalismo. Es la energía vital la que Permite diferenciar y establecer jerarquías entre los seres humanos, la que Explica los motivos de las construcciones espirituales humanas: conocimiento, Moral, religión.
La voluntad de poder es la energía vital que nos lleva a Actuar con el fin de autoafirmarnos. Es el entusiasmo o la pasión que nos Empujan a realizar determinadas acciones. No se puede reducir sólo a un instinto biológico, intervienen también otros factores como el ambiente, la Biografía, la alimentación y cierta fuerza interior enigmática. Expresa todo Aquello en que nos hemos convertido y desde donde nos lanzaremos a la creación De nuestros propios valores. Destacamos cuatro carácterísticas de la voluntad De poder. En primer lugar, es previa a la razón, es decir, la voluntad de poder Es la forma primitiva de pasión que configura todas las otras pasiones y que Determina a la razón. Razón y pensamiento son sus instrumentos, herramientas Manejadas por los instintos. Según sea nuestro cuerpo así será nuestra razón. Cuando la consciencia cree dar órdenes, en realidad está ejecutando lo que le Dicta el cuerpo, por eso, cuando Nietzsche se pregunta por las razones de Actuar del hombre, hace la pregunta directamente al cuerpo (lo ordinario) y no A sus construcciones racionales. En segundo lugar, exige resistencia. La Voluntad de poder siempre está insatisfecha, debido a que para afirmarse Necesita oposición; sólo vencíéndola consigue un aumento de poder. Su Permanente pasión de autoafirmación le obliga a superarse y a buscar fuerzas Que se le opongan. En tercer lugar, es creativa: la voluntad de poder es Voluntad de crear. La mejor manera de afirmarse es marcando las diferencias. Imponer nuestra propia visión del mundo nos exige ser diferentes y crear Modelos de vida singulares. Sólo el acto creativo es un acto de afirmación Vital. Por último, es libre: la voluntad de poder es libertad, no como Autolegislación sino como hacer lo que nos pide el cuerpo. El problema está en Los límites de mi poder; mi libertad acaba donde acaba mi fuerza, mi voluntad De poder. La conquista de la libertad se manifiesta en nuestra capacidad de potencia, en el amor activo hacia nosotros mismos.
Interrelacionada con la voluntad de poder aparece la noción Nietzscheana de vida. Vida es energía, potencia, fuerza; ambas nociones se Igualan, se coimplican: la voluntad de poder aspira a afirmar la vida, es un Instinto de vida, y cualquier ser vivo pretende crecer y superarse. La voluntad De poder tiene como objetivo la elevación de la vida; es decir, el afinamiento De los sentidos, la potenciación de la pasión, la búsqueda del riesgo y del Peligro. Así, a una voluntad de poder más fuerte le corresponde una vida más Fuerte y a una de poder débil, una vida débil. Nos encontramos así con dos Formas diferentes de afrontar la vida, la ascendente o la descendente. Pero, ¿cómo podemos diferenciar una voluntad fuerte de una débil? En primer lugar por Su afán de superación, es decir, su capacidad de ganar a las fuerzas que se le Resisten. En segundo lugar, por su relación con el dolor; el mismo dolor puede Ser visto de forma diferente según la vida que se posea, de este modo, para la Vida descendente el dolor es insatisfacción, no motivo de estímulo como sería Para la vida ascendente. Y por último, por su trato con los instintos, estas Fuerzas de energía tan potentes pueden o bien destruir al ser humano, o servir Para dar más potencia. La opción de la vida descendente será eliminar o moderar Su potencia a niveles menos peligrosos, mientras que la vida ascendente asume El riesgo, aglutina toda la fuerz pulsional y la reconduce a nuestra Autoafirmación.
Para conseguir Gozar de nuevo de nuestra voluntad creadora de valores hay que librarse de la Mala conciencia y de la culpa, la liberación consiste en la recuperación del Sentimiento de potencia. Hay que entenderla como una conquista; es el resultado De un proceso al que no todos están llamados. La liberación es propuesta como Una opción, como una decisión que ha de tomar cada cual según vea sus fuerzas, En ningún caso aparece como un modelo de verdad a imitar por todos los hombres Al estilo de la salida de la caverna platónica.
En conclusión, la voluntad de poder es la fuerza que nos Lleva a crecer, a fortalecernos, y se caracteriza por ser previa a la razón, Porque exige resistencia, es creativa y libre. Está interrelacionada con la Noción de vida nietzscheana de la vida, es un instinto de vida que tiene como Objetivo la elevación de la vida. Podemos distinguir entre vida ascendente y Descendente, dependiendo de si se trata de una voluntad de poder fuerte o Débil; podemos diferenciarlas por su afán de superación, por su relación con el Dolor y por su trato con los instintos. Y para conseguir gozar de nuevo de Nuestra voluntad creadora de valores debemos liberarnos de la mala conciencia y De la culpa.